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Ori and the Blind Forest – La reseña

Un viaje celestial que salvará un mágico bosque. Conoce esta aventura.

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La llegada de una nueva generación de consolas produce un cambio en el ecosistema de desarrollo de videojuegos, la opción de más poder de procesamiento permite lograr gráficas más realistas e ideas de juegos con un tono que puede ser más cinematográfico y que se enfoca al multijugador y los servicios online. Si bien esto es muy bueno para la evolución de la industria de los videojuegos, resulta ser un tanto preocupante para los jugadores de vieja guardia que han visto como los videojuegos han ido mutando en cosas que se alejan de los géneros tradicionales que hicieron grandes a consolas como la Nintendo Nes y la Super Nintendo. Afortunadamente, este no es el caso de Ori and the Blind Forest, un juego al más puro estilo de plataformas y exploración que con su encantadora dirección de arte promete enamorar a muchos gamers.

Desarrollado por Moon Studios, un equipo independiente y con el sello de Microsoft Studios, Ori and the Blind Forest nos introduce en un mundo lleno de naturaleza mágica donde controlaremos a Ori un pequeño espíritu guardián del bosque que por algún motivo se perdió y fue adoptado por Naru, un oso (o algo así), que lo toma como su hijo y lo cuida por mucho tiempo hasta que una especie de desastre golpea al bosque acabando con el alimento y de paso con la vida de Naru, quien lo da todo por Ori. Tras quedar huérfano otra vez Ori, se dirige al bosque a ver qué le depara su destino; un destino que cruelmente acaba con él, pero que no contaba con que Ori volvería a la vida para realizar un gran viaje que salvaría su mundo.

Con el inicio del viaje de Ori es que se da comienzo también al viaje emocional que es este juego, que desde el primer instante nos toca el corazón gracias a la combinación de hermosos gráficos y forma particular de narrar la historia donde apela a nuestro sentido ecologista de una forma muy personal.

Quizá su jugabilidad básica se resume en lo que muchos llaman metroidvania, es decir, que está inspirado en lo que presentaron los clásicos Castlevania y Metroid, un juego de plataformas en 2D de aventuras y de exploración en un inmenso escenario lleno de cuartos o espacios con algunos secretos a los que se puede acceder luego de superar alguna misión en específico u obtener algún poder.

La paleta de colores de este juego nos hace una reminiscencia lo que hemos visto con Rayman en los últimos años, eso sí, la influencia de ese juego se queda solo ahí, ya que Ori and the Blind Forest no tiene el humor del personaje de Ubisoft, ni tampoco toda la gama de coloridos personajes que encontramos o su rápida jugabilidad. Los diálogos de los personajes son a penas justos y la voz en off del narrador nos hace sentir como si estuviéramos en un cuento de hadas que acompañado por su exquisita banda sonora nos hace comer el cuento de que este juego puede ser algún corto de animación.

En la aventura Ori no estará solo, casi desde el comienzo le acompañará Sein, un espíritu que será algo así como el guardián y guía, pero en términos más prácticos actúa como nuestra única arma que nos defenderá de todos los peligros que se aparecen en el bosque y, además nos ayudará a recoger todas las recompensas que se nos aparecen en nuestro camino y que servirán para que nuestro protector suba de nivel y mejore sus habilidades

Sein, tiene todo un árbol de habilidades que le permiten especializarse en tres acciones: disparar más ráfagas, hacerlo más fuerte o la capacidad de recoger ítems en el mapa. Estas tres especializaciones se profundizan, aunque a la larga no es muy relevante y con solo desbloquear las dos primeras actualizaciones de cada rama del árbol, tendremos lo suficiente para sacar adelante el juego sin problema. Por otro lado, Ori también aprenderá habilidades a medida que avancemos en el juego, estas le servirán, básicamente, para acceder a nuevas zonas; el proceso con el que aprendemos estas habilidades ha sido realizado de tal forma que toque explorar en el mapa hasta encontrar el antiguo espíritu de un árbol que nos enseña la habilidad. Este proceso ha sido realizado con mucho misticismo haciendo que esta mecánica no pase desapercibida.

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Las mecánicas de supervivencia de este juego están ligadas a tres indicadores que tienen cada uno puntos de carga, uno de vida, uno de poder y otro de energía.  El jugar estratégicamente como usaremos las cantidades de estos. El contador de energía nos permite realizar poderes más fuertes con Sein pero también sirve para hacer poderes pequeños. El contador de poder nos permite acceder a zonas más inhóspitas, pero también nos da la posibilidad de guardar la partida en un punto específico. El contador de vida es el tradicional que se reduce cuando recibimos golpes o chocamos con algo.

La mecánica mas interesante es la de guardar partidas que nos servirá muchas veces para darnos un respiro aunque perdamos un poco de energía. La mayoría de las veces tendremos que guardar la partida de forma manual y nos costará puntos de energía que podríamos usar en otras acciones como desbloquear puertas especiales.

Si bien Ori and the blind Forest no es un juego fácil, tampoco es un juego tan difícil, sobretodo para jugadores conocedores de este género, y algunas veces falla al querernos entregar mayor dificultad, por ejemplo, en algunas partes hay sitios donde no se puede escalar, o hay sitios donde el salto es imposible, pero no por su dificultad sino por pequeños errores de diseño del juego. También cuando llegamos a etapas más avanzadas en el juego,  se puede tornar un poco predecible saber donde están los pasadizos secretos o hacía donde deberíamos ir para encontrar algo novedoso.

Quizá habrán muchos más defectos, los cuales pasaron desapercibidos para mí porque en la gran mayoría de las ocasiones solamente me dediqué a apreciar el trabajo realizado en la elaboración de niveles; desde la pintura hasta el dibujo, todo parece realizado con mucho cuidado. En la versión de Xbox One, con la que fue reseñado este juego, sin duda los 1080p de pantalla le hacen lucirse aún más.

Aunque sus planteamientos no son novedosos del todo, Ori and the Blind Forest tiene todos esos aspectos que le gustan a los gamers: gráficos bellos y jugabilidad sólida. Con una muy buena dirección de arte se presenta como una adaptación moderna del género de plataformas y aventura. Si eres un fanático de los juegos tipo metroidvania, esta debe ser sin duda una compra obligada, si eres un gamer que busca un juego divertido también lo es.

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