Saudó – La reseña

La reseña de esta ocasión es diferente a las que están acostumbrados a ver en GamerFocus ya que se trata de una película colombiana. Esta es una propuesta interesante en un género que muy pocos directores del país han tenido la valentía de explorar; no es otra película sobre narcotráfico, violencia, comedia mediocre de una familia colombiana promedio, ni problemáticas sociales. Esta es una historia entre el suspenso y el misticismo que no se parece en nada a lo realizado previamente.

Saudó es una historia que gira en torno a las cosas que no se pueden explicar con la razón, en la película a veces los sucesos no tienen explicación lógica y hay que abrir la mente para poder comprenderlos. Nos cuenta la historia de Elías, un médico que se encuentra viviendo una vida normal junto a su esposa y su hijo. Cuando su hijo Francisco está a punto de cumplir los 13 años, Elías comienza a tener alucinaciones, a escuchar una voz que lo invita a regresar a su lugar de origen del cual huyó por una horrible situación que vivió a sus 13 años. Su hijo también comienza a tener pesadillas referentes a su pasado, así que Elías decide que la mejor forma de resolverlo es ir con él a donde todo comenzó, Saudó.

La dirección de fotografía de la película hace un muy buen trabajo manteniendo la atmósfera pesada y maligna en las escenas, tanto de las alucinaciones de Elías como en el pueblo, es oscura pero cálida y el trabajo de dirección de arte complementa esta sensación en el pueblo y en la casa de la madre de Elías. En el apartamento de la familia la luz y el color blanco predominan, pero poco a poco se va poniendo más oscuro el ambiente, al mismo tiempo que la ansiedad de Elías aumenta.

El diseño sonoro de la película tiene sus pros y sus contras, por un lado los sonidos y algunos momentos de suspenso acompañados por la música son acertados, pero en otras ocasiones ésta es demasiado intensa para la situación y se torna molesta. Otra de las cosas menos destacables es la voz de una mujer que escucha Elías, sinceramente es un cliché de película de terror americana que sobra en esta cinta.

El tema del guión es muy interesante, plantea una historia inusual que se desarrolla en el Pacífico colombiano, una región llena de misticismo y creencias «herejes», el problema es que en la práctica este misticismo no es muy evidente y simplemente la historia es difícil de entender, puede ser por eso que al principio de la película hay un párrafo que explica la leyenda de una población de la región en la cual sólo puede haber un hombre, conocido como el «mandingo», que se encarga de todas las mujeres. La sinopsis de la cinta también ayuda a entender mejor la trama.

Tal vez esto se deba a que desde el principio de la película hay muchas escenas que no parecen estar conectadas entre sí, suceden un montón de cosas extrañas que el espectador cree que tendrán sentido más adelante pero el filme llega a su fin y las preguntas siguen sin respuesta. Esto no es del todo negativo, ya que significa que la historia está abierta a la interpretación de la audiencia.

Otra falencia del guión es sin duda el desarrollo de los personajes, el protagonista es un hombre que parece haber perdido toda emoción por la vida, su esposa es un personaje que sobra por completo, la historia podría ser la misma sin ella, no tiene ninguna importancia en la situación de Elías. Por otro lado Francisco es un niño que atraviesa la pubertad y tiene un gran rencor hacia su padre, pero por alguna extraña razón no se opone cuando éste lo saca de la ciudad y lo lleva a un pueblo sórdido; en realidad no dice nada en los últimos 15 minutos de la película. Los personajes no toman decisiones que cambien o desarrollen la historia, sólo viven diversas situaciones.

Las actuaciones dejan mucho que desear, en especial la del protagonista Felipe Cortés, que se siente plana, contrario a Estefanía Borge quien hizo unas muy buenas escenas como madre preocupada y desesperada, es una pena que su personaje sea tan superficial. Robin Abonía interpreta a Francisco, y para ser un actor sin mucha experiencia hace un buen trabajo, aunque no totalmente satisfactorio.

Algo muy positivo para abonar a Saudó es el uso de los efectos especiales, estuvieron bien implementados y es un recurso que aún no se utiliza mucho en el cine colombiano. El director Jhonny Hendrix Hinestroza, quien también dirigió Chocó, tomó varios riesgos con esta película y eso es algo que algunos espectadores apreciarán mucho.