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Dying Light: The Following – La reseña

The Following llega a este título a hacer lo que The Taken King hizo con Destiny… ¡Hacerlo entretenido!

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El año pasado hice la reseña de Dying Light, un título desarrollado por Techland que nos ponía en la piel de un protagonista poco carismático con la misión de encontrar la cura al virus que convirtió a la población de Harran, una ciudad ficticia, en zombies. Allí critiqué la historia, el villano, y mencione que el desarrollo del juego en general fue muy regular, aunque resalté de forma positiva la jugabilidad dada su apuesta por el desplazamiento tipo parkour.

A causa de esto entenderán por qué no me sentí impresionado cuando Techland anunció The Following, expansión para Dying Light que debía profundizar más en la historia de Kyle Crane y su misión por ser el salvador que no pudo llegar a ser con el final del juego original. No obstante, a estas alturas solo puedo comparar este “simple DLC” como el equivalente de lo que fue The Taken King para Destiny, es decir, completó aspectos flojos del juego original.

Dying Light: The Following continúa inmediatamente después de los eventos del primero juego, dándonos el control de Kyle Crane quien ahora tiene una nueva misión, rastrear una posible cura que se encuentra en una nueva zona denominada como “The Countryside”, lugar donde habita un culto misterioso que al parecer ha logrado ser inmune al virus que azotó la ciudad de Harran.

Si bien su misión es bastante similar a lo que vimos en Dying Light, la historia en esta expansión está mucho mejor tratada y da pie para momentos llenos de suspenso y terror, además que también introduce nuevas mecánicas de juego que para ser sinceros, cayeron de maravilla.

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Argumentalmente Dying Light: The Following es mucho más interesante que el juego original pues tiene la osadía de salir de su zona de confort para presentarnos una historia en la que no solo hay más terror y suspenso, sino en la que  también hay un elemento paranormal y místico que hace que la historia se sienta más fresca e intrigante.

Un apartado que mejoró en gran medida en esta expansión fue el desarrollo de personajes y este es quizá uno de los puntos más importantes de Dying Light: The Following. Kyle seguirá siendo Kyle, pero esta vez no será solo un recurso para acabar con los zombies de la zona, sino que comprenderá que su papel en este mundo ficticio es mucho más importante de lo que sucedió en Harran. Así mismo, el villano central es mucho más intrigante que lo que fue Rais en Dying Light, pues ahora nos enfrentamos a alguien cuya identidad es un misterio y que obra desde las sombras.

Como mencioné antes, con la llegada de Dying Light: The Following se presentó una nueva zona, The Countryside, que será nuestro nuevo patio de juegos con nuevos jueguetes. Si bien la jugabilidad en términos de combate, creación de objetos y exploración se mantendrá intacta al juego original, Techland realizó un par de cambios que dotaron de vitalidad a este título, tal como la introducción del Buggy, nuestro flamante vehículo todo terreno, y una serie de armas que no habían estado presentes, como el arco o la ballesta.

Vale la pena resaltar que The Countryside es una locación muy distinta a Harran ya que no es una ciudad sino un campo abierto, como su nombre lo indica, en la que predominan las zonas verdes y boscosas, aunque habrá una que otra zona edificada. Desconozco si es más o menos grande que el mapa de Dying Light, pero dada la ambientación, se siente que todo es más amplio.

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Aunque el parkour sigue siendo protagonista como medio de desplazamiento en el mapa, para las largas distancias que debemos recorrer tendremos que usar nuestro Buggy, un vehículo que no solo contará con su árbol de habilidad, con el que podemos acceder a ciertas mejoras para el mismo, sino para el que también se le aplica el sistema de deterioro en sus piezas, por lo que habrá que estar atento al estado de las llantas, suspensión, frenos y motor, así como de la gasolina, recurso que debemos obtener para poder poner en marcha esta nueva adición.

Si bien el Buggy será uno de nuestros mayores “aliados” en nuestra nueva batalla contra los zombies y las largas distancias, se siguen extrañando los puntos de “Fast Travel”, más si tenemos en cuenta que ya avanzado el juego se nos obligará a trasladarnos de extremo a extremo en el mapa. Por fortuna, los recursos para operar este vehículo se podrán encontrar con facilidad… al menos en el modo de dificultad estándar.

Otra de las novedades presentes en Dying Light: The Following es un sistema de “fama” que determinará si podemos o no progresar en la historia. A causa de esto, debemos estar atentos no solo de cumplir las misiones principales, sino también de hacer uno que otro side quest para incrementar nuestro rango y así progresar en la campaña principal. Quizá suene dispendioso, pero no lo es, ya que también se ajusta de forma cómoda sin obligarnos a distraernos mucho para poder avanzar.

Fuera de lo anterior, la experiencia que se nos otorga seguirá dependiendo de nuestro estilo y se repartirá en uno de los tres arboles de habilidades, sobreviviente, agilidad y poder, aunque para Dying Light: The Following se agregó también el apartado “Leyenda”, que tendrá especializaciones con ventajas únicas que nos servirán a lo largo del juego.

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Algo que me queda claro, es que Dying Light: The Following es una expansión que, si bien puede atraer nuevas personas a la franquicia, está diseñada para ser la experiencia definitiva de aquellos que probarnos el primer juego. En ese sentido, quien quiera empezar por este DLC se sentirá perdido no solo por la historia, sino por las mecánicas puesto que el juego no se molesta en presentarlas nuevamente.

Dying Light: The Following al igual que el primer título es de cuidado en sentido que debemos prestar mucha atención a nuestro entorno para sobrevivir. No solo porque debemos encontrar recursos para crear las mejores armas y objetos, sino porque a pesar de nuestro arsenal, la respuesta no siempre será enfrentarnos al enemigo. Sean humanos o zombies, habrá momentos en los que será más conveniente evitar un enfrentamiento hasta tener una táctica adecuada.

Aunque en general hubo un gran cambio de Dying Light a Dying Light: The Following, este en esencia sigue siendo el mismo juego, por lo cual hereda tanto sus virtudes y defectos a nivel técnico. Visualmente en PlayStation 4 luce muy bien, pero no me sorprendió ver una vez más el trato “discriminado” a los NPCs menos importantes del juego cuyas animaciones faciales y de movimiento son más bruscas que la de un personaje principal o secundario. De resto, es un título bien optimizado en el que no habrá caídas de framerate, bugs molestos o texturas fuera de lugar.

En resumidas cuentas, esta expansión arregla los puntos flacos que tuvo Dying Light el año pasado, logrando así brindar una historia más interesante, aunque no por ello perfecta, y una serie de mecánicas jugables que hacen de esta experiencia algo más completo y satisfactorio que se enriquece gracias a la ambientación cuidada y detallada. Dying Light: The Following sin duda es un “must-have” para aquellos que, como yo, vieron potencial en el título original, pero también es recomendable para los fans del género survival horror. Quizá los trailers los engañen y den la falsa impresión que este título solo es de acción, pero no lo es, es sobre supervivencia.

Reseña realizada con una copia de Dying Light: The Following para PlayStation 4 brindada por Techland.

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