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Rocket League – La reseña

Vehículos, fútbol y destrucción, una combinación poco convencional e inesperadamente divertida.

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Rocket League, o Carritos Futbolistas como a mí me gusta llamarle, es un nuevo título que ha llegado a la PlayStation 4 y PC de la mano de Psynix, un estudio que tiene experiencia en este particular campo (automóviles en situaciones extraña) gracias a Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars, un juego que fuera de su EXTENSO nombre, tiene una premisa similar a la de Rocket League en la que lo importante es la jugabilidad.

A primera vista parece un título simple y, de hecho, lo es, pero ¿de qué trata exactamente? Rocket League es un juego que mezcla la velocidad de un juego de conducción, la destrucción de un Burnout, y las reglas del fútbol callejero tipo Super Mario Strikers para brindar una nueva experiencia. ¿Simple? Si ¿Estúpido? No ¿Bueno? No… MARAVILLOSO.

Constantemente Sony es señalado de forma negativa por los títulos que incluye en PlayStation Plus, más últimamente que ha decidido darle preferencia a títulos que no sean Triple-A, como Rocket League; no obstante, esta es una prueba de que títulos sencillos pueden incluso ser más divertidos que cualquier otro juego en el mercado, tal como sucedió con Helldivers que también fue lanzado en PlayStation 4 y PlayStation 3 por medio de este servicio.

Puede que Psyonix no se haya esforzado en darnos un contexto complejo o una razón para Carritos Futbolistas, pero por medio de la jugabilidad ha hecho un título muy disfrutable que puede entretener por horas; sin embargo, lo primero a tener en cuenta a la hora de jugar Rocket League, es que se trata de un título competitivo y cooperativo que se disfruta mucho más en compañía.

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Este título cuenta a su favor con varios modos de juego, desde el típico, y necesario, entrenamiento, hasta partidas individuales offline, pasando por partidas online y un modo temporada que nos obligará a sobrevivir 36 semanas de constantes partidas contra conductores dementes. Sea cual sea el tipo de partida que estemos jugando, la mecánica es la misma: obtener la pelota gigante y hacer un gol.

En teoría esto sería sencillo y lo es si jugamos en los niveles de dificultad menos exigente; sin embargo, si decidimos jugar de profesional en adelante veremos que las partidas cambian del cielo a la tierra. Un factor a tener en cuenta con la dificultad es la cantidad de jugadores que veremos por equipo, ya que podremos elegir jugar 1V1, 2V2, 3V3 o 4V4, el cual brilla por ser un espectáculo de caos como una partida de ocho jugadores en Super Smash Bros para Wii U.

Evidentemente, entre más jugadores más dificultad, pero la verdadera experiencia del juego se obtiene cuando entramos en los modos de pantalla dividida o enfrentamiento online con otros jugadores (cuatro por equipo de ser posible) ya que será más gratificante anotar un gol contra un jugador que contra la máquina después de haber detectado su punto débil después de unas horas de juego.

Dentro de cada partida contamos con diferentes elementos para ganar el enfrentamiento. En primera instancia tenemos que escoger nuestro auto entre una amplia gama de vehículos que poco a poco iremos desbloqueando. En sí, cada uno de estos vehículos no tiene características diferentes en términos de velocidad, fuerza o resistencia, sino que simplemente cumplen con un rol estético; sin embargo, sí habrá que aprender a controlarlos bien ya que poseen un rango amplio de movimientos que serán de gran ayuda, por ejemplo, podremos deslizarnos para tomar mejores curvas o saltar para “cabecear” la pelota.

Así mismo hay que tener en mente unas esferas naranjas en el campo de juego ya que con ellas rellenaremos nuestro turbo, el cual será vital si queremos alcanzar al equipo contrario y de paso atacar uno de sus jugadores para destruir su vehículo. Estos elementos, junto con la posibilidad de correr por las paredes y parte del techo, le brindan a Rocket League una perspectiva diferente sobre lo que es un título de conducción y de fútbol.

De lejos puede parecer un título que no requiere de “técnica” o estrategia; sin embargo, sí hay que pensar antes de pisar el acelerador, ya que los controles son difíciles de manejar al 100%. De igual forma, aunque el objetivo es hacer gol, la mecánica de cada partida no se centra únicamente en ir detrás de la pelota por todo el escenario, sino en tener presente el mejor momento para atacar y romper la defensa del contrario. Obviamente, Rocket League no tiene la profundidad de un título de fútbol o de conducción como tal, pero al menos no es un minijuego en el que el azar es lo único que importa.

Una característica que no se puede pasar por alto es la personalización. Si bien no tiene la complejidad que otros títulos de carreras, Rocket League cuenta con una amplia gama de objetos que podremos modificar, desde nuestro vehículo (robusto, deportivo, clásico), sus llantas, el entintado y el color del humo, hasta un sombrero gigante que irá sobre el techo. Desbloquear cada uno de estos elementos nos mantendrá activos durante una gran cantidad de tiempo, aunque no al nivel en el que lo sintamos despreciable.

A pesar de los puntos fuertes de este juego, Rocket League no está exento de detalles que pueden extrañarnos, siendo el primero de ellos los vehículos. Está claro que el enfoque NO es el realismo y por tanto tampoco lo son las estadísticas de los autos; sin embargo, con la gran cantidad de vehículos que hay, resulta extraño que todos se muevan igual bajo las mismas características de velocidad y resistencia. Quizá hizo falta un “algo” que diferenciará el desplazamiento de los autos deportivos, de los pesados y de los estándar.

Aunque este es un título sumamente divertido, es también un juego que puede volverse monótono con facilidad por falta de contenido que estimule la rejugabilidad en el modo de un jugador; por otra parte, la competencia entre amigos, que llegado un momento nos llevará a picos de adrenalina, nos hará seguir jugando partida tras partida y más si es online. Por fortuna, el servicio en red mejoró después del lanzamiento, ya que en principio fue inestable y no era capaz de encontrar enfrentamientos.

Nuevamente, no me cabe duda de que el foco real de la experiencia es el modo multijugador, ya que pone a prueba lo que hayamos aprendido a lo largo de las horas de juego que hayamos invertido contra la inteligencia artificial. Eso sí, es recomendable familiarizarse primero con los controles y lo que es posible hacer con el vehículo, de lo contrario, puede que la impresión sea la incorrecta a la hora juzgar este título.

Rocket League es un juego completo que brilla por ser una propuesta simple y entretenida, además de ser inesperadamente divertido. El apartado gráfico está a la altura de las capacidades de la consola, tanto en términos de arte en general como en su desempeño impecable incluso en las situaciones más caóticas. Por momentos puede convertirse en un título monótono, pero por fortuna existen el modo pantalla dividida y multijugador online que traerán de regreso nuestro interés por este título. Si tienen un PlayStation 4, no duden en descargarlo como uno de los títulos gratuitos para PlayStation Plus.

Reseña hecha con la versión de PlayStation 4.

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