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Project CARS – La reseña

Project CARS es un juego donde la simulación prevalece sobre el arcade, y de qué manera. Así que si te gustan los desafíos al volante prepárate para manejar con todos tus sentidos bien despiertos. No te pierdas esta reseña.

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Cuando eres un gamer que ama el automovilismo uno de tus grandes deseos cuando pruebas un título de carreras es encontrar el perfecto equilibrio entre diversión y técnica. Aunque quieres pasar un buen rato y entretenerte, también esperas encontrar un interesante desafío que te recuerde lo que es manejar un auto de verdad y si nunca has competido, quieres que ese juego te ayude a simular una carrera. A fin de cuentas, un videojuego de automovilismo es una de las ventanas que permiten a miles de aficionados al deporte motor emular lo que siente un piloto de verdad; por supuesto, nunca será igual que competir en la vida real, pero te sentirás muy bien si ese juego logra llevarte al límite y, por lo menos, te ayuda a comprender lo que pasa por la mente de un piloto cuando los ves compitiendo en la televisión.

Hasta ahora, en la nueva generación de consolas (y tarjetas gráficas) se han presentado varias propuestas de juegos de automovilismo que, aunque resultan entretenidas, no se pueden calificar como simuladores, pues si bien permiten al jugador tener control sobre la conducción de los vehículos, no todos permiten dicho control en materia técnica, mecánica, de reglaje y climatológica, sin contar además con la calidad de la simulación de la física. No basta con cumplir con dos o tres de estos aspectos, es necesario satisfacerlos todos. Por eso mismo, un título pionero en esta nueva generación como Project CARS tiene que enfrentar un fuerte desafío que, a mi parecer, ha cumplido de manera satisfactoria.

Project CARS es un juego desarrollado por la comunidad. Slightly Mad Studios en colaboración con la comunidad online de World of Mass Development empezó a trabajar en este proyecto desde 2011, recaudando fondos a partir de aportes económicos de los miembros de la comunidad y los desarrolladores, aunque también algunas personas aportaron su trabajo para funciones como desarrollo, diseño, mercadeo y otras tareas; entre más haya aportado un contribuyente, los desarrolladores entregarán más beneficios y contenidos a esta persona y si aportó una cantidad significativa de dinero puede recibir parte de las ganancias. CARS no es más que la sigla de Community Assisted Racing Simulator (Simulador de Carreras Asistido por la Comunidad) y su costo no superó los $5 millones USD, una cifra muy baja considerando el alcance de este juego.

Entremos en materia; este título permite configurar la dificultad activando o desactivando ciertas ayudas, de hecho al iniciar la primera partida se presentan tres opciones de dificultad (de novato a experto), pero al seleccionar el nivel más bajo uno encuentra que este es equivalente a niveles medios de otros juegos de automovilismo. Si uno activa la mayor cantidad de ayudas y, por otro lado, desactiva los daños, las reglas de carrera, los fallos y el consumo, Project CARS se transforma en un arcade que puede entregar gran entretenimiento sacrificando el realismo. Por el contrario, si se desactivan todas las ayudas y se configuran todas las reglas, es necesario prepararse psicológicamente para el desafío.

Project CARS ofrece cerca de 110 circuitos distintos entre los que se encuentran escenarios imaginarios y pistas míticas del automovilismo como Nürburgring, Bugatti, Laguna Seca, Donington, Imola, Monza, Spa-Francorchamps, Silverstone, Zolder, entre otras más. Cuando vas a elegir un auto, el juego tiene una variada colección entre máquinas de Gran Turismo, Turismo antiguos, carretera, prototipos de pista, súper-deportivos y open-wheel (o bólidos Fórmula, inspirados en F3, GP2 y F1). Aunque se encuentran grandes marcas como Aston Martin, Audi, BMW, Ford, Caterham, Lotus, McLaren, Mercedes-Benz, Mitsubishi y Pagani, es notoria la ausencia de pura-sangres como Ferrari, Lamborghini y Porsche, además de las más reconocidas marcas japonesas. Es aquí cuando uno se da cuenta de que el juego ofrece muy buenas pistas (aunque hacen falta algunas como Indy o Long Beach), pero descuida bastante la oferta de automóviles, la mayor falencia que encontré en el título.

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Sin embargo, Project CARS permite jugar con karts y super-karts, lo cual es una de las mejores cosas de este título, es realmente divertido, desafiante y emocionante. Aunque el juego también trae pistas para karts, ¿qué se siente manejar uno de estos pequeños vehículos en un templo como el Nordschleife de Nürburg? Es algo que no comentaré aquí, simplemente si quieres saberlo pruébalo tú mismo.

Al «subirse» a un auto debes considerar que el desempeño cambiará de acuerdo a sus características y a la pista, cosa que aunque es de esperar en un juego de este calibre, agrada mucho a quienes preferimos la simulación. Al enfrentar una carrera uno puede modificar los ajustes del auto; Project CARS permite modificar todos los aspectos mecánicos del vehículo, y los más pequeños cambios pueden afectar el desempeño del auto en pista, así como ocurre en una carrera de verdad. Sin duda, una grata ventaja sobre otros títulos de «simulación» que uno encuentra en el mercado.

Este juego presenta varias dificultades si uno usa un control en vez de un volante; la jugabilidad está diseñada para que uno haga las curvas usando un timón y no una palanca y, sobretodo el control de la aceleración, pues es más fácil accionar el vehículo con un pedal en vez de un gatillo, así que si no tienes un volante y debes usar el mando es recomendable activar las ayudas de aceleración y control de estabilidad, de lo contrario la vas a pasar muy mal.

Project CARS permite también ajustar elementos como el clima, fallas mecánicas, dificultad de los adversarios y reglas de banderas. Una de las cosas que más sorprenden del juego es el comportamiento del vehículo en condiciones de lluvia y las variaciones que ocurren en el desempeño de los neumáticos ante cambios de la temperatura ambiente. Si uno se aventura a una carrera larga activando el desgaste de neumáticos y consumo de combustible, podrá darse cuenta de que el auto responderá de diferente manera a lo largo de la carrera. Además, si uno decide activar daños y no maneja adecuadamente, puede causar averías mecánicas que afectarán el rendimiento de la máquina (por ejemplo, destruí el motor de un kart por acelerar bruscamente después de una fuerte frenada). ¿Y qué pasa si uno no está atento a la pista? Bueno, el costo es altísimo, el más ligero descuido en un circuito con curvas exigentes terminará, cuando menos, en un despiste que arruinará las posibilidades de ganar. Project CARS es un simulador donde un cambio brusco de marchas, un descuido en una curva de alta velocidad, un sobrepaso suicida, un atajo en una chicana o simplemente quedarse dormido en la partida puede definir el resultado de la carrera. Lo más importante de este juego es no cometer errores, Project CARS no será benevolente contigo, pero si practicas mucho y logras dominar la máquina, este juego te hará sentir que una victoria vale mucho cuando te has esforzado por ello.

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Es importante mencionar que en Project CARS el clima es un gran protagonista. Aunque tenemos suficientes opciones para ajustar las condiciones climatológicas, si decidimos dejar este factor al azar es mejor prepararnos para las sorpresas, pues en ocasiones la simulación pondrá en una misma carrera muy diversas condiciones de pista, tal cual como pasa en una carrera de verdad. Algo notable es manejar bajo lluvia (la cual puede ser graduable desde una simple llovizna hasta un diluvio), pues Project CARS ofrece una gran aproximación a la dificultad que implica conducir con piso mojado; te invito a conducir bajo la lluvia más fuerte, arrancando desde el fondo de la grilla y colocando la cámara en el visor de tu casco y entenderás porqué pocos pilotos de la vida real logran triunfar bajo la lluvia.

Una de las grandes ausencias de varios juegos recientes que mal se hacen llamar «simuladores» son las paradas en boxes. Project CARS ofrece entrar a los pits y además ajustar la estrategia de paradas; no sólo se puede decidir cuántas veces se va a parar, sino también cuánto combustible y qué tipo de neumáticos utilizar. Lamentablemente cuando uno entra al pit sólo ve a un mecánico, la vista cambia automáticamente a la de cabina y los demás mecánicos «están pero no están». Es como si uno hiciera una parada en la que fantasmas cambian las llantas y llenan el tanque de combustible mientras que un holograma antropomorfo te indica cuándo debes arrancar.

A diferencia de otros títulos donde uno tiene que acumular kilómetros, desbloquear logros y ganar puntos para poder usar ciertas pistas o autos, Project CARS trae muchas cosas disponibles desde el primer momento y no es necesario equipar los vehículos, pues estos ya vienen armados con lo más reciente, o por lo menos esto ocurrió con los autos que probé.

Con respecto a los modos de juego, Project CARS permite correr carreras libres, hacer prácticas sin adversarios, competir contra el reloj, ofrece un modo historia y también permite jugar contra adversarios en línea. Al entrar en el modo historia, el juego pide crear un nuevo piloto que puede seleccionar cualquiera de las categorías que se ofrecen (desde karts hasta Le Mans Prototype 1), aunque ofrece algunos desafíos como la opción de llegar a la máxima categoría del juego (LMP1) empezando desde los karts. Una vez el piloto firma el contrato con el equipo, personajes como el jefe de mecánicos, el director del equipo o el dueño del mismo pueden contactar al jugador mediante «e-mails»; las carreras son fines de semana completos con sesiones de prácticas, clasificación y la carrera como tal. Ya dentro del auto, el jefe de ingenieros te envía mensajes de radio, un detalle que si bien busca emular la sensación de una carrera de verdad se queda corto en realismo debido a los pocos avances en IA que se tienen en este tema (no es culpa del juego, tal vez en unos años más tendremos conversaciones con este ingeniero). Si no cumples con tus objetivos te vas del equipo, pero si logras superarlos irás avanzando en tu carrera hacia Le Mans. Por cierto, en Project CARS puedes calibrar la longitud de la carrera a tu acomodo (desde el 1% hasta el 100% pactado), pero ya una vez te enfrentas a las 24 Horas de Le Mans deberás permanecer al menos 2 horas al volante, y si tienes paciencia, puedes correr las 24 horas en tiempo real.

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Al momento de probar el multijugador la experiencia no fue del todo satisfactoria, y no precisamente por el manejo o por los contrincantes contra los que competí. Siempre es genial sentir que en los otros autos están personas que cometen errores, que no frenan en curvas donde no es necesario hacerlo (cosa que sí hace la IA cuando se ajusta la dificultad en un nivel bajo), y que en tiempo real estás pasando a otra persona que está manejando al otro lado del mundo. En este juego cometer un error en modo multijugador es un boleto seguro a los últimos puestos (claro, siempre y cuando tus contrincantes no se equivoquen también), y si atajas una curva, el juego te penaliza disminuyendo tu velocidad unos cuantos segundos, cosa que me parece acertada para no arruinar la experiencia de los contrincantes y desmotivar a los ventajosos.

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Si bien en el multijugador no tuve problemas de lag, los problemas surgen antes de empezar la carrera, pues las partidas públicas (con personas que no están en tus contactos) están pensadas para 16 competidores y no se permite ajustar un número inferior, rara vez logran conectarse tantas personas al tiempo y coincidir en la misma sala. De hecho, al buscar una carrera pública entras a ciegas a una sala aleatoria que el juego elije por ti y las opciones de búsqueda son bastante limitadas. Además, los tiempos de espera pueden ser bastante altos si no se logra que un grupo estable de personas permanezca en la sala a la que entraste, o simplemente porque no hay suficientes usuarios conectados. Si cuentas con suerte y no se ha logrado el quórum, el juego inicia la carrera con las personas que permanecen en la sala (en mi caso, nunca he podido competir con más de 9 personas). Pero una vez iniciada la carrera, la experiencia es bastante entretenida. Cabe aclarar que este es un problema que tienen varios juegos de automovilismo en la actualidad.

Aunque jugué Project CARS en una Xbox One, que se supone ya está limitada en comparación con las más recientes tarjetas gráficas para PC, el desempeño gráfico del juego es satisfactorio. Es de resaltar el mapeado de las texturas y los reflejos en condiciones de lluvia (cosa que los desarrolladores presumen -y con razón- en los menús del juego cuando muestran gotas en la pantalla). El nivel de detalle de los automóviles es destacable, tanto que si uno choca un prototipo LMP1 y vuela la tapa del motor se podrán ver muchas piezas del corazón mecánico del automóvil. Obviamente no es perfecto, de hecho algunas texturas del entorno, como gradas y fanáticos, parecen «de cartón», pero aprovecha muy bien la capacidad de la consola y por breves momentos algunas pistas parecen de verdad. En el transcurso del juego encontré algunos bugs con animaciones o piezas que se desprenden del auto tras un choque, pero nada que afectara la jugabilidad; al hablar de la física, no tuve ningún problema y las respuestas eran adecuadas. Aún así, seguiré chocando autos en Project CARS hasta encontrar alguna cosa que ofenda al pequeño Isaac Newton que habita en mi interior.

Aunque es algo que no considero tan relevante, las animaciones en ciertas cámaras son limitadas y en este sentido simuladores de PC (como R Factor, donde la comunidad también es la protagonista) superan a Project CARS. Por ejemplo, si estás manejando con la vista al interior del casco, esperas ver tus manos moviendo el volante, tus dedos accionando botones, o una mano despegarse del volante para accionar la palanca de cambios, pero esto no sucede y apenas ves un volante estático. Efectivamente estas animaciones sí pueden verse en cámaras externas, ¿pero de qué sirve si estos detalles son relevantes en la cabina del conductor?

Project CARS es un juego donde la simulación prevalece sobre el arcade, y de qué manera, así que no es recomendable para personas que pierdan fácilmente la paciencia ante los errores. Es un título que ofrece un control casi total sobre las opciones de juego, permitiendo al jugador experimentar diferentes niveles de dificultad tanto en el manejo del auto como en la mecánica, la estrategia de carrera, el clima, la pericia de los oponentes y el reglaje. El desempeño de los gráficos es satisfactorio y por breves momentos parece que se recorre una pista de verdad, aunque tiene algunas cosas por mejorar en este sentido. No temo afirmar que Project CARS es el primer simulador de carreras de la actual generación, a pesar de que no es perfecto y de que en ocasiones acceder a una partida multijugador puede ser una cuestión de suerte. Si eres un piloto experimentado, este juego es ideal para ti, y si no lo eres, ¡ánimo! Project CARS te dará todas las herramientas necesarias para que mejores tu manejo y te conviertas en un mejor conductor.

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