Outlast 2 – La reseña

Tras su lanzamiento original para PC el 4 de septiembre de 2013, Outlast no tardó en convertirse en uno de los Survival Horror más famosos de la última década. Ya fuera por su impecable presentación visual, la interesante premisa de su historia o algunas de las mecánicas que contribuían a la construcción de una atmósfera terrorífica, miles de videos del primer título de Red Barrels inundaron YouTube. A esto último también contribuyeron los relanzamientos para otras plataformas, consecuencia directa del éxito del juego en PC. Sin embargo, y no es de extrañar al tener en cuenta que fue el primer proyecto del estudio canadiense, Outlast dista de ser un Survival Horror perfecto.

Desde una historia que evidencia la falta de carácter del protagonista —reiterándolo como un simple medio a través del cual el jugador era testigo de macabras escenas— hasta una repetitiva utilización de jump scares, el primer juego de Red Barrels dista de ser ese juego que algunos se atrevían a poner a la altura de obras como Silent Hill 2. No obstante, ha de reconocerse que el debut de Red Barrels fue estelar en comparación con el de muchas otras desarrolladoras “especializadas” en el género.

Dado el éxito comercial y crítico de Outlast en todas las consolas que fue lanzado, el estudio canadiense dio a conocer el 23 de octubre de 2014 que su primer juego tendría una secuela. Tras un año de espera, se  publicó el primer teaser de Outlast 2. Si bien Red Barrels había comentado que la secuela tendría una ambientación y personajes completamente distintos a los del título original, no fue hasta ese primer video que se reveló que giraría alrededor de un culto de fanáticos religiosos. Aunque la intención de la desarrolladora de salir de su zona de confort ha de ser felicitada, ¿este cambio es suficiente para entregar una experiencia superior a la del juego original? Solo hay una forma de averiguarlo.

Al iniciar Outlast 2, lo primero que la mayoría resaltará es su pulida presentación visual. Si bien fue desarrollado con el mismo motor gráfico del juego original, se puede evidenciar el esfuerzo de Red Barrels gracias al nivel detalle de los personajes y escenarios. Esto último resulta aún más impresionante al tener en cuenta que Outlast 2 abandona los estrechos pasillos del Asilo Mount Massive para ofrecer áreas mucho más abiertas, inspiradas en el norte de Arizona. Sin embargo, el estudio canadiense no se limitó a aumentar la escala: decidió hacer de su último Survival Horror una experiencia más surreal a nivel visual.

Si bien la historia de Outlast 2 se desarrolla principalmente en el desierto de Arizona, a lo largo de la trama hay transiciones a lo que solo se puede describir como la mente del protagonista. Estos cambios del mundo real al imaginario ayudan a sacar al jugador de su zona de confort —en buena medida porque en este último se desarrollan las escenas más surreales y, en consecuencia, terroríficas del juego— y presentan un interesante análisis psicológico del personaje principal al revelar varios detalles sobre su pasado. Gracias a que estas transiciones son imperceptibles, en conjunto con algunos cabos sueltos de la historia, Outlast 2 difumina exitosamente la línea entre realidad y fantasía dentro del mundo propuesto.

Por supuesto, lo anterior no significa que no haya problemas relacionados con la trama. Si bien algunos de los cabos sueltos invitan a que el jugador interprete lo sucedido, un par de huecos argumentales —el más notorio relacionado con el destino de uno de los antagonistas— pueden sacar al jugador de la experiencia. A pesar de ello, la historia de Outlast 2 resulta superior a la del juego original. No solo sabe implementar la jugabilidad como recurso narrativo, sino que desarrolla a un protagonista mucho más carismático que el del primer proyecto de Red Barrels.

¿Qué hay de las mecánicas de juego? En términos generales, Outlast 2 posee la misma jugabilidad de su predecesor. Al igual que el primer juego, el personaje principal no puede defenderse —con la excepción de alguno que otro Quick Time Event— y solo cuenta con su cámara de visión nocturna para desplazarse a través de los oscuros escenarios. Sin embargo, la implementación de un par de nuevas mecánicas y el diseño de niveles contribuyen a entregar una experiencia distintiva a la del primer juego. Estas modificaciones de la fórmula original de Outlast rindieron sus frutos, pero también conllevaron a un par de errores de diseño.

Además de la visión nocturna, la cámara del protagonista ahora cuenta con un micrófono que permite escuchar los murmullos y pisadas de enemigos cercanos para localizarlos, incluso si se encuentran detrás de una pared. Por supuesto, el uso de esta herramienta posee un costo. Al igual que la visión nocturna, el micrófono gasta rápidamente las baterías de la cámara y ni hablar de la cantidad cuando ambas propiedades están activadas al mismo tiempo. Aunque en la dificultad normal se pueden evadir fácilmente a varios de los enemigos al revisar su rutina de vigilancia, el jugar en las dificultades superiores exige una buena administración de recursos y generalmente pondrá al jugador en la necesidad de obtener baterías.

Hablando de objetos coleccionables, a lo largo de los escenarios se podrán encontrar vendas para sanar las heridas del personaje principal, documentos que darán contexto sobre el culto de fanáticos religiosos y áreas donde se podrán grabar videos que —por medio de la magia de la edición o algo así— vendrán con una narración que ofrecerá más información sobre el pasado del protagonista. Por desgracia, algunos de estos items resultan extremadamente difíciles de obtener debido al tipo de jugabilidad que recompensa Outlast 2, la cual está determinada por su diseño de niveles.

Mientras que Outlast posee un diseño de niveles más claustrofóbico que incentiva un estilo de juego más centrado en el sigilo, su secuela está caracterizada por áreas más amplias que recompensan al jugador por trasladarse lo más rápido posible de un punto A a un punto B. Lo anterior no significa que Outlast 2 no tenga secciones de sigilo, pero estas palidecen frente a la recurrencia de las persecuciones frenéticas. No obstante, el tamaño de algunas áreas conlleva a que el desplazamiento por las mismas no sea muy intuitivo. Esto ocurre en varias persecuciones, lo cual provoca que su resolución se reduzca a un método “ensayo y error”. Por fortuna, la mayoría de estas no resultan tediosas debido a su breve duración.

Cabe aclarar que la preponderancia de estas persecuciones es la principal causa de que solo secciones puntuales —las ambientadas en la mente del protagonista, para ser más específico— tengan al horror como protagonista. La buena noticia es que —a diferencia del primer juego, en el que el miedo provenía en buena parte del uso repetitivo de jump scares— Outlast 2 construye el suspenso de una forma más ingeniosa. Tras una persecución, que tiene como objetivo que el jugador quede emocionado y lleno de adrenalina, hay una transición al mundo imaginario. En estas secciones es que se juega con las expectativas del jugador, lo cual provoca que se ponga paranoico y mucho más propenso a los pocos jump scares que hay.

Reseña hecha con una copia digital de Outlast 2 para PlayStation 4 brindada por Red Barrels.