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Videojuegos

La historia del monstruo que iba a devorar a Ubisoft

El monstruo es una metáfora.

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¿Han oído hablar de Ubisoft? ¡Por supuesto que sí! Esta empresa francesa es una de las más grandes e importantes compañías modernas en la industria de los videojuegos. A ella debemos series de juegos tan importantes como Rayman, Assassin’s Creed, Just Dance y Rainbow Six. Aunque es objetivo constante de críticas por la forma en que abusa de sistemas de mundo abierto en sus juegos y la mala implementación de microtransacciones, la mayoría de sus títulos son excelentes y, según se reporta, es un gran sitio de trabajo.

¿Han oído hablar de Vivendi? Tal vez no. Este monstruo económico es un conglomerado francés dueño de algunos de los medios más importantes del mundo. Bajo su cinturón tienen a la disquera Universal Music, el grupo de televisión europeo Canal+, la plataforma de streaming Dailymotion y otras empresas editoriales y publicitarias.

Lo que no tiene es un pie firmemente puesto en el mundo de los videojuegos. En el pasado fueron los dueños de Activision Blizzard, pero desde que esta compañía ‘se compró a sí misma’ y escapó de su control en 2013 han estado buscando una nueva empresa mediante la cual participar de este lucrativo negocio. Eventualmente pusieron sus ojos sobre su compatriota, Ubisoft, con la intención de devorarla.

En 2015, Vivendi compró el 6% de las acciones de Ubisoft. Esto activó las alarmas de los directivos, que de inmediato se dieron cuenta de lo que pretendía este conglomerado. Había razones para tener miedo. La década pasada, Vivendi había exprimido a Activision todo lo que pudo para salvar a otras compañías. Ubisoft temía que les pasara lo mismo si se dejaban comer… digo, comprar.

Antes de que pudieran reaccionar, Vivendi ya les había devorado las piernas. Se hizo con el control del 27.3% de las acciones. Si llegaba a controlar por lo menos el 30% de ellas, podía proceder con lo que se llama una ‘adquisición hostil’ y quedarse a la fuerza con Ubisoft. Vivendi ya estaba alistando la cuchara y el tenedor, pero Ubisoft no se iba a rendir sin luchar.

Ubisoft contra Vivendi, interpretación de un artista.

Afortunadamente, Ubisoft tenía aliados que le ayudarían a escapar del plato de Vivendi. Estos son holdings —compañías que poseen parte de sus acciones— por fuera de Francia. Algunas de estas se encuentran en Canadá, donde las leyes de protección de empleados son muy fuertes. Estas se opusieron a la compra de más acciones por parte de Vivendi, alegando riesgos muy altos de que esta decidiera recortar costos mediante despidos si se hacía con Ubisoft.

Eso detuvo de momento al monstruo, pero su hambre no podía ser contenida y comprendieron que la única forma de derrotarlo sería usando a otro monstruo, uno que llegaría desde China.

Mientras Vivendi buscaba el salero, Ubisoft contactó a Tencent. Esta compañía china es conocida por su interés en la industria occidental de los videojuegos y posee una gran cantidad de acciones de compañías como Activision Blizzard, Riot y Epic Games (de la que es dueña en un 48%). Tencent adquirió un 5% de las acciones de Ubisoft y les hizo la promesa de no buscar un porcentaje mayor de la compañía ni un asiento en su grupo de accionistas. No sabemos las razones por las cuales un monstruo como este aceptó ese trato. ¿Pudo ser la bondad de su corazón? ¿Sentía rencor hacia otros monstruos? El caso es que esto bloqueó los intentos de Vivendi de obtener un porcentaje mayor de la compañía. Nadie más le vendería sus acciones.

Pero ese no fue el golpe final. Vincent Bolloré, director de Vivendi, tuvo que renunciar a su cargo pocas semanas después al verse envuelto en un escándalo de corrupción. Bolloré era el principal interesado en adquirir a Ubisoft. Con él por fuera de la imagen, Vivendi decidió retirarse. Ahora está buscando un comprador para las acciones que aún tiene de Ubisoft.

Vivendi recuperándose de sus heridas en su cueva. Interpretación del artista Justin Gerard.

Los dueños de The Division y Far Cry escaparon, pero no quedaron indemnes. Vivendi alcanzó a comerles un pie.

¿Han oído hablar de Gameloft? Tal vez sí. Esta empresa francesa especializada en publicar juegos para dispositivos móviles es la responsable de títulos tan populares como las sagas Asphalt, Dungeon Hunter y Modern Combat. Fue creada por uno de los fundadores de Ubisoft y, aunque eran entidades separadas, compartían parte de su junta directiva. Vivendi logró quedarse con Gameloft mediante una toma hostil y eventualmente cerraría sus estudios en Nueva Zelanda y España. El monstruo alcanzó a causar daño después de todo.

Ubisoft está a salvo y mejor que nunca. Reportó excelentes resultados en 2018 y ha comenzado 2019 con bastante fuerza gracias a títulos como The Division 2. Pero el monstruo aún vive. No sabemos si se encuentra acechando desde las sombras a otra empresa de videojuegos con la cual saciar su hambre.

Fuentes: VentureBeat, GamedailyWikipedia

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