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For Honor – La reseña

La lucha medieval, vikinga y samurái cobra vida en un crossover competitivo.

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El campo de batalla es duro, la batalla no tiene tregua, pero debes luchar y morir con honor. Estás en tu límite y ves cómo el hacha de tu enemigo se prepara para degollarte, el campo de batalla es cruel, pero siempre habrá tiempo para una revancha y un nuevo combate.

Cuando se trata de juegos enfocados en el multijugador competitivo, lo más probable es encontrarse con títulos de disparos o fantasía (en especial MOBA). For Honor es toda una rareza en el género de videojuegos competitivos y de por si, es una interesante apuesta de Ubisoft, que se atreve a presentar un juego que resulta muy interesante para los jugadores que reclamaban una digna alternativa a los juegos del corte de Chivalry.

For Honor puede considerarse ‘pseudo-realista’, pues el uso de armas, posiciones defensivas y sus bandos, tienen diseños históricamente coherentes, así como movimientos, sonidos y hasta estructura y ambientación. Pero claro, su trasfondo si resulta ser toda una fantasía usada como excusa para tener tres tipos de guerreros históricos reunidos: los caballeros medievales, los vikingos y los samuráis. Es visceral y quizá su ambientación recuerde un poco a series de televisión como Spartacus, Game of Thrones o Vikings.

Como jugador, se debe elegir por cuál bando se luchará durante toda la experiencia y un emblema –propio– de batalla que podrá lucir nuestro personaje. A la hora de enfrentarse a los rivales, se podrá elegir entre alguno de los 12 personajes disponibles (4 por cada facción) para combatir en alguno de los modos de juego disponibles: captura de objetivos, eliminación y muerte súbita. Estos modos de juego pueden cambiar súbitamente la partida de acuerdo a la cantidad de jugadores que se elija. Una partida 4v4 en captura de objetivos puede ser comparada básicamente como un MOBA, mientras que el 1vs1 puede compararse como un juego de combate tradicional.

Un logro valioso para este título es la profundidad de su sistema de combate que en un primer vistazo puede parecer un clásico hack’n slash, pero que luego de probarlo y perfeccionar sus dinámicas, sobre todo en los duelos, parece más un juego de combate al estilo de títulos como Soul Calibur. Todo esto se debe a que aprender a combatir no solamente consiste en atacar, defenderse y esquivar. En For Honor, también priman otras condiciones como la dirección del ataque, la dirección de la guardia y la resistencia del personaje.

El complejo sistema de combate es difícil de aprender para un jugador, y con solamente el tutorial no será suficiente para amaestrar todas las posibilidades y opciones que ofrece cada uno de los 12 personajes a la hora de atacar, defenderse y esquivar, ya que cada uno tiene un estilo marcado. Seguramente, diferentes tipos de jugadores encontrarán algunos de estos más atractivos para su estilo de juego: si es agresivo y con vocación de ataque, un vikingo con hacha puede ser el mejor personaje. En otro caso, un samurái rápido puede ayudar al jugador que le gusta esquivar.

Vale la pena aclarar que este es un juego en tercera persona, por lo que se tendrá plena visualización de lo que sucede alrededor del personaje, pudiendo evitar de cierta forma ataques sorpresa desde la retaguardia, este título también tiene un sistema de bloqueo de cámara muy parecido a lo que se ve en Dark Souls para apuntar directamente a un rival y enfocarse en este. Es aquí donde la “estrategia” de combate anunciada anteriormente cobra vida, y el estar pendiente de los movimientos propios y del rival es clave para atacarle, defenderse o romper su guardia.

Por más que se proteja un rival, siempre existirá una forma de derrotarle si se tiene no solamente la habilidad, sino conocimiento del mapa. Muchas veces el daño ambiental y lo que se encuentra alrededor es la clave para vencer. Empujándole a la lava, o lanzándole contra una pared y que ésta se rompa, son unas de las tantas opciones disponibles para terminar un combate.

Una de las formas para aprender lo básico de For Honor es completar la campaña de un jugador, que invita a conocer en general a todos los personajes y su estilo de pelea, así como las diferentes motivaciones “ficticias” de los tres bandos disponibles, mientras se explora la historia del misterioso Apollyion. A la larga, no hay que esperar mucho de este modo ya que al final de cuentas existe más como una excusa de darle contexto al jugador sobre el mundo de For Honor.

Este título se puede considerar netamente competitivo y la primera indicación son los primeros pasos donde se invita a los jugadores a “jurar” lealtad a uno de los bandos. Esto no bloqueará seleccionar un personaje de otro bando pero si le otorga puntos en un ‘metamapa global’, que entrega recompensas entre todos los jugadores.

Un lunar en el modo competitivo es la conectividad de los jugadores. En la versión de PS4, sobre todo los primeros días, hubo algunos problemas para no solamente encontrar partida, sino para mantenerse en una. Todo esto se debe a la ausencia de servidores dedicados enfocándose en conexiones P2P, lo que obliga al jugador con “mejor conexión” a funcionar como servidor.

Gráficamente el juego sobresale por mantener su framerate estable en la versión de PS4, que en la mayoría de combates se mantiene en los 60 fps; esto sumado a los excelentes sonidos de armas, ayudan a crear una creíble inmersión.

Quizás el gran pero de For Honor es que es un título muy de nicho. Probablemente un jugador tradicional lo disfrute y le guste jugarlo las primeras veces, pero luego de varios días, dando vueltas por los modos disponibles, definitivamente se vuelve monótono y hasta aburrido. Claro, hace falta ver con el season pass qué mas introducen los chicos de Ubisoft y cómo crece la comunidad competitiva, pero el formato de combate y su complejidad resultan ser de cierta forma, un arma de doble filo.

El juego no se trata solamente de luchar, y mientras que en la historia se encuentran algunos coleccionables, al participar en el multijugador e incluso en partidas contra la máquina, se ganan puntos de experiencia y créditos para conseguir accesorios in-game y terminar de desbloquear todos los 12 personajes que no están disponibles desde un comienzo. Estas acciones vienen claramente enfocadas a que el jugador casual o perezoso termine realizando microtransacciones, cosa que le encanta a Ubisoft.

For Honor es un buen juego pensado para jugadores competitivos sedientos de una alternativa distinta al MOBA (pero con algo del mismo) o el shooter tradicional que se encuentra en el mercado. Su sistema de combate es profundo, balanceado, creativo y reconfortante. Algunos lo verán como una joya, pero otros probablemente se aburran luego de algunos días. El que perdure y se cree una buena comunidad a su alrededor solo depende de Ubisoft, que tendrá que encontrar la forma en que su juego permanezca vigente.

Reseña hecha con una copia digital de For Honor para PS4 brindada por Ubisoft Latinoamérica.

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