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Enter the Gungeon – La reseña

¿Te atreves a perder algo más que tu paciencia en el calabozo?

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Antes de comenzar esta reseña hay algo que debo aclarar, esta es la primera vez que juego un título de este género, por alguna razón no había tenido la oportunidad o el interés suficiente de probar un ‘roguelike’, así que les pido que no me juzguen precipitadamente por algún comentario con el que no estén de acuerdo.

Enter the Gungeon es un título que llegó hace muy poco al mercado, algo menos de un mes, pero que ha sido muy bien recibido por los jugadores y fanáticos del género ya que aparte de tener algunas de las características de un roguelike, tiene su toque especial. Fue desarrollado por un estudio independiente ubicado en Washington DC llamado Dogde Roll y no está nada mal para ser su primer juego.

La historia es muy sencilla. En un planeta lejano, hace muchos años había una fortaleza que fue destruida por un proyectil que cayó del cielo, en las ruinas de este lugar se encontraba un arma que tenía la capacidad de matar el pasado (así como lo leen, «matar» el pasado). En fin, la fortaleza se reconstruyó y desde entonces varios guerreros se han adentrado en ella para poder borrar su pasado. El jugador puede escoger entre cuatro personajes para explorar la «armazmorra»: una Cazadora, un Piloto, una Convicta y un Marine. Hay un último personaje que sólo se puede escoger si se juega en modo cooperativo local: el Cultista.

Cada uno de estos personajes cuenta con un arma que viene por defecto y habilidades activas y pasivas que se encontrarán explorando los pisos. Este es un título que recompensa al jugador por la exploración ya que hay unos 200 objetos y 190 armas diferentes, algunas tradicionales como metralletas y escopetas, y otras muy particulares como un cañón de camisetas y una metralleta que dispara letras.

Enter the Gungeon es un juego con una curva de dificultad muy marcada que pone a prueba la paciencia del jugador en cada partida, pero que lo hace pensar algo como «morí, pero no me fue tan mal, tal vez lo logre la próxima vez«, y así mantenerlo jugando durante horas. Es un título con un 100% de valor de rejugabilidad, pues además de los cientos de objetos, cada personaje tiene su propio final.

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Para terminarlo, debemos completar cinco pisos, cada uno con varios calabozos que se generan aleatoriamente cuando muere y vuelve a empezar, que es algo que pasa muchísimas veces en este juego. En cada piso debe derrotar a uno de los tres jefes que aparecen, también de forma aleatoria, para dar así un total de 12 jefes  finales y 4 jefes secretos.

Como es tradición en el género, el jugador debe empezar desde el principio cada vez que muere, pero en este título es posible no repetir pisos que ya se han superado. Esto no es algo que haya visto con mis propios ojos ya que no me fue muy bien siendo mi primera vez en un roguelike y en este infierno de proyectiles, pero al parecer después de derrotar a un jefe sin sufrir daño aparecerá un NPC que permite usar el elevador a cambio de algún favor.

Después de todo no es un juego imposible de pasar, como algunos de ustedes pensarán las primeras veces, sólo es cuestión de dominar los controles que son bastante sencillos; moverse, disparar, usar fogueos para disipar balas, activar la habilidad y lo más importante, saltar sobre las balas. Ésto último es clave. Existen una gran cantidad de enemigos que van apareciendo a medida que la dificultad aumenta, pero todos se pueden vencer si se pone atención a su patrón de ataque. El jugador puede interactuar con algunos objetos en los escenarios, por ejemplo, puede voltear las mesas para usarlas como cobertura o tumbar los candelabros sobre sus enemigos para matarlos.

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Realmente Dodge Roll le puso mucho amor a este juego, se nota en varios de sus aspectos pero especialmente en el apartado visual. Enter the Gungeon tiene la perspectiva cenital o top-down que caracteriza a los juegos del género, dicha perspectiva se mantiene cuando se juega en modo multijugador.

Sus gráficas se ven en 2D pero para sorpresa de muchos el juego está hecho en 3D, sus desarrolladores revelaron en una publicación de Twitter que se había hecho de esta forma para darle una sensación de profundidad. El estilo ‘pixel art’ va muy bien con este juego cuya paleta de color en su mayoría es oscura, pero con colores vivos en algunas ocasiones que resaltan ciertos objetos.

Al igual que su aspecto visual, la banda sonora de Enter the Gungeon tiene un estilo muy retro, se escucha como las canciones que hacían uso de los sintetizadores en los años 80s. Aunque puede llegar a ser un poco repetitiva, va muy bien con la dinámica del juego y los efectos sonoros del mismo. Los personajes nunca emiten un sonido, pero se comunican a través de diálogos, lo cual le da un toque clásico al título.

Enter the Gungeon es un juego tan divertido como difícil, con pequeñas dosis de humor, toda una joya para los fanáticos del género y una muy buena opción para aquellos que apenas comienzan a conocerlo. Integra sus elementos de tal manera que te mantendrá pendiente de la pantalla durante una gran cantidad de horas, muriendo una y otra vez pero disfrutando la experiencia.

Reseña hecha con una copia de Enter the Gungeon para Steam provista por Dodge Roll.

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