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BioShock: The Collection – La reseña

Visitemos Rapture y Columbia una vez más y averigüemos si es la forma definitiva de disfrutar estos excelentes títulos.

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Cuesta creer que ya casi ha pasado una década desde que 2K Games e Irrational Games nos brindaron BioShock, uno de los mejores shooters de la generación pasada y una de las experiencias narrativas más satisfactorias dentro del mundo de los videojuegos. A pesar de que es relativamente reciente, el juego ya es considerado un clásico de culto gracias a la perfecta complementación de su historia, sus mecánicas y su ambientación.

Por supuesto, el título no solo tuvo éxito crítico, por lo cual no tardó en salir una secuela en 2010. Desarrollado por 2K Marin, BioShock 2 ofreció a los jugadores la posibilidad de convertirse en un Big Daddy —posiblemente el personaje más conocido de la franquicia— y dio unos pequeños retoques a la jugabilidad del título original para ofrecer una experiencia distinta, pero igualmente satisfactoria. Aunque vendió bien, no cumplió las expectativas de Take-Two Interactive —distribuidora de la secuela— y no generó el seguimiento de culto de su antecesor, en parte debido a su trama más simple.

Tres años después, Irrational Games retornó con un nuevo BioShock, pero esta vez dejando los húmedos y oscuros pasillos de Rapture para ofrecer un producto completamente nuevo y más enfocado en la acción. Por supuesto, esto no significa que BioShock: Infinite no trate una gran variedad de temas políticos y culturales por medio de su trama. Más importante, el juego fue todo un éxito comercial y demostró que la franquicia no solo debía limitarse a tratar los mitos de la ciudad submarina creada por Andrew Ryan.

Ahora, si bien esta pregunta no es tan pertinente para el último título de la saga, ¿qué tan bien ha envejecido la serie BioShock en términos de jugabilidad y presentación? Esta interrogante surge, valga la paradoja, en respuesta al reciente lanzamiento de BioShock: The Collection, una antología que recopila todos los juegos mencionados. No obstante, sobre todo si se es un fanático de la franquicia, vale la pena preguntarse cuáles son los incentivos para obtener esta colección. Por fortuna, esta reseña sirve exclusivamente para ese propósito.

En términos generales, esta recopilación mejora gráficamente los tres juegos por medio de la implementación de texturas retocadas, modificaciones en la iluminación y el pulido de ciertos modelos; sin embargo, el título que más se beneficia es BioShock: Infinite, aunque tampoco de forma excesiva. Si bien las primeras dos entradas lucen ligeramente mejor que sus versiones de Xbox 360 y PlayStation 3, la ambientación oscura de Rapture impide en muchas ocasiones distinguir las modificaciones a menos de que estén justo en frente. Por otro lado, también presentan muy ocasionalmente bugs gráficos —específicamente en el primer BioShock, personajes atravesando la geometría del nivel y el poder ver a través del piso tras morir en la primera planta de cualquier escenario— y texturas borrosas. La remasterización de la secuela tampoco soluciona el problema de la interfaz, la cual sigue siendo cubierta por un filtro rojo cuando el protagonista tiene poca salud.

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Si hay algo de lo que se beneficia la trilogía con esta remasterización es su desempeño. Todos los títulos corren a 60 fps constantes y, si bien no era una mejora imprescindible en juegos de carácter no tan frenético como el primer y segundo BioShock, nos ayudarán cuando tratemos de superar los tres títulos en las dificultades más altas. BioShock: Infinite se convierte una vez más en el principal beneficiado debido a su énfasis en la acción y jugabilidad más desenfrenada.

Hablemos del contenido adicional de esta antología. Tal como había anunciado 2K Games, el primer juego ha sido actualizado con Imagining BioShock, una serie de videos en los que Ken Levine y Shawn Robertson ofrecen detalles interesantes sobre el desarrollo del título original. Estos pueden hallarse a lo largo de todo Rapture y pueden verse en el menú principal una vez se hayan encontrado en el juego. Por otro lado, el museo de los conceptos huérfanos y las salas de desafío —características ya presentes en BioShock Ultimate Rapture Edition— también están disponibles en la versión remasterizada de la primera entrega de la serie. Mientras que el primero consiste en un recorrido creado con el motor del juego en el que podemos ver conceptos de arte y modelos de ideas desechadas por Irrational Games durante el desarrollo de BioShock, las salas de desafío son una serie de retos que mezclan exploración, combate y rompecabezas.

Antes del lanzamiento de la colección, se dio a conocer que el segundo y el tercer juego de la franquicia vendrían con todos sus DLC. En el caso de BioShock 2, podremos disfrutar de las Pruebas de Protector —un modo horda en el que tenemos que proteger a una Little Sister mientras ella extrae el ADAM de un cadáver— y Minerva’s Den —una expansión que presenta una nueva historia, además de nuevos personajes y escenarios—. Desafortunadamente, hay que aclarar que esta edición del juego no posee el componente multijugador que lo distinguía de su predecesor.

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En lo que respecta a BioShock: Infinite, tendremos nuevos retos y aventuras a nuestra disposición después de superar la historia principal. El primero es Clash in the Clouds, un paquete que incluye 60 desafíos en cuatro nuevos mapas, los cuales exaltan el carácter frenético del juego. El segundo es Burial at Sea, expansión que cuenta con dos episodios y sitúa a Booker y a Elizabeth en la ciudad submarina de Rapture antes de su eventual caída.

Por supuesto, estos DLC son un bono frente a lo que ofrece originalmente cada una de las campañas de esta trilogía que —sin importar las falencias que presenten cada uno de los juegos que la componen— se ha consolidado como uno de los mejores ejemplos del género shooter y un referente a la hora de contar una historia a través del medio tan versátil que es el videojuego.

Si no has jugado ningún título de la franquicia —o, en el mejor de los casos, tan solo uno—, BioShock: The Collection es la forma definitiva de disfrutarla con todos sus contenidos posteriores al lanzamiento. Ahora, si posees individualmente los tres títulos o BioShock Ultimate Rapture Edition en PlayStation 3 y Xbox 360, esta antología no ofrece una verdadera mejora gráfica o contenido adicional para justificar su compra. Incluso si su rendimiento de 60 fps resulta una adición apreciada, ningún título de la saga BioShock fue alabado específicamente por su framerate estelar, sino por su rica narrativa y ambientación. Por desgracia, estos aspectos no pueden mejorarse con una simple remasterización.

Reseña hecha con una copia de BioShock: The Collection en su versión de PlayStation 4 brindada por 2K Games.

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