Age of Empires: Definitive Edition – La reseña

Aprender pequeños datos históricos de eras antiguas y al mismo tiempo entretenerse era posible gracias a una franquicia lanzada hace 20 años con el nombre de Age of Empires. El juego creado por Ensemble Studios nos permitía transportarnos a las épocas distantes de las primeras civilizaciones humanas, además de suponer un reto para nuestras habilidades estratégicas y de administración básica. Como homenaje, Microsoft Studios y Forgotten Empires llevaron a cabo una remasterización, la cual resulta bastante buena como trabajo de restauración y mejora parcial, mas no como solución definitiva a algunos errores heredados del original.

Age of Empires: Definitive Edition nos permite conocer de manera ligera pero competente el origen y evolución de varias civilizaciones que llegaron a influir en imperios conocidos por la humanidad. Para este fin incluye el modo Campaña que contiene tanto las misiones del paquete básico original como las de su expansión Rise of Rome y la correspondiente a la facción Hitita, que en realidad sirvió en su momento como una demo, sumando así un total de diez campañas con una extensa duración acumulada.

Al iniciar o completar cada una de las misiones, el juego nos va narrando pequeños relatos basados en hechos históricos donde presenta datos relevantes sobre civilizaciones como los Yamato, babilonios, griegos y romanos. Si bien es cierto que una porción de estos contenidos está enfocado al aprendizaje del sistema de control, puede resultar de interés para los amantes de los temas históricos y brinda un entorno de importancia a las tareas desarrolladas durante los diversos niveles.

Si jugar las campañas no es lo nuestro, Age of Empires: Definitive Edition ofrece los modos suficientes para medir nuestras habilidades tanto en solitario como en grupo. Al crear las partidas podremos elegir entre 16 facciones o la selección automática, además de diferentes ajustes de escenario, condiciones de victoria, ubicación, equipos, visibilidad del mapa, límite de población, uso de ‘cheat codes’, etc. Incluso podemos jugar con el paquete gráfico clásico en lugar de los elementos de remasterización visual.

Hablando de eso, el trabajo técnico ofrece resultados muy agradables sin requerir un PC con alta potencia para correrlo. Todas las unidades, edificios, terrenos y animaciones han sufrido cambios importantes, permitiendo un mayor detalle. La interfaz aprovecha bien el espacio para el formato de pantalla ancha e introduce elementos interesantes como un árbol de tecnologías que podemos consultar durante la partida, muy importante ya que permite aprender cada una de las fortalezas y debilidades de las civilizaciones y el orden necesario para crear unidades o edificios específicos.

Igualmente tenemos un nuevo zoom que aporta nuevas distancias de visualización pero sacrifica la fluidez de animación al alejarse y la calidad de definición al acercarse. Por último, la combinación visual con el apartado de audio (totalmente remodelado tanto en música como narración) es simplemente sensacional.

Jugar Age of Empires: Definitive Edition guarda el sentido clásico respetado por los desarrolladores de la remasterización, lo cual es bueno y malo. Por un lado, tendremos a disposición toda una serie de tareas básicas de construcción, recolección e investigación, a las cuales accedemos fácilmente gracias al sistema de teclas rápidas y las alarmas sonoras que identifican claramente los tiempos específicos de cada actividad; además de la notoriedad visual y estadística del avance de nuestra civilización gracias al cambio en las estructuras y unidades a medida que las mejoramos.

Pero también trae a colación varios problemas como la imprecisión al seleccionar usando el click rápido, fallas de la inteligencia artificial para encontrar rutas óptimas o para desplazarse generando bloqueos constantes entre unidades, llevando a momentos donde reina la confusión. Además, si has jugado otros títulos RTS recientemente, parecería que no tienes muchas opciones de control y movimiento a disposición, pero es lógico teniendo en cuenta que es un esquema de juego con dos décadas encima.

Otro detalle que debe tener en cuenta Microsoft es el tiempo en el cual se une el jugador a las partidas en línea de tipo abierto, que en ocasiones resulta más lento del acostumbrado. No sabemos si es por la integración de Xbox Live o por aspectos no corregidos al hacer el traslado de las versiones, pero resulta frustrante tratar de unirse a algunos grupos y fallar en el intento. Sin embargo, una vez dentro de la partida todo funciona sin mayores inconvenientes, y siempre podremos elegir la región exacta en la que deseamos participar.

Reseña hecha con una copia digital de Age of Empires: Definitive Edition brindada por Microsoft Colombia.