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X-Men: Dark Phoenix – Reseña

El cierre de la saga cinematográfica de los X-Men es una decepción para aquellos que aún tenían esperanzas en ella.

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La saga cinematográfica X-Men está acabada. No importa lo que venga a continuación ni lo que Disney y Marvel Studios decidan hacer con estos personajes. La serie que comenzó con la película dirigida por Bryan Singer en el año 2000 ha llegado a su fin.

No podemos negar lo importante que fue esta saga para el ‘boom’ de cine de superhéroes. Algunos creen que le debemos las gracias exclusivas por sentar las bases de lo que eventualmente sería el Universo Cinematográfico de Marvel.

Cuando Disney compró Fox, ya todos sabíamos que no iban a haber más películas de los X-Men como los conocemos ahora. Pero aún quedaba una jugada pendiente: Dark Phoenix. Esta película tenía el propósito de enmendar el daño causado a la franquicia por la terrible X-Men: Apocalipsis, pero parece que nadie en los estudios involucrados estaba satisfecho con ella. Fue víctima de constantes retrasos, se filmaron nuevas escenas, se creó una nueva edición y finalmente ha llegado a las pantallas. ¿Podrá despedir esta fase de la historia de los mutantes con la cabeza en alto?

La respuesta, tristemente, es un rotundo ‘No’.

Hay muchas cosas malas que decir sobre este filme, así que es mejor que comencemos de forma positiva analizando los buenos elementos que tiene. Sophie Turner sigue siendo una presencia imponente en pantalla. Los poderes que adquiere en esta película la convierten en el centro de la trama y está presente en la mayoría de escenas. Ella hace lo que puede con el rol que le dieron. Aunque la caracterización es muy débil por culpa del guión, logra salvarse a punta de carisma. Nicholas Hoult, que interpreta de nuevo a Bestia, nos regala una gran actuación llena de emociones y resulta un placer admirar a Jessica Chastain, que eleva a una villana bastante simple.

También tenemos una divertida secuencia de acción en un tren militar. La pelea saca provecho del limitado escenario y los poderes de los personajes para sorprendernos con situaciones originales y llamativas. Lo mismo se puede decir de su excelente escena inicial en el espacio. Finalmente, hay un asomo de una temática interesante respecto a Charles Xavier. En este mundo, sus mutantes son considerados héroes y él es galardonado constantemente por el gobierno americano. Esto le ha hecho volverse egocéntrico y confiado, poniendo a los X-Men en riesgo exagerado para poder mantener el nuevo ‘status quo’. Él tiene sus razones, pero también se revelan acciones de su pasado que nos hacen dudar de sus métodos. Es una propuesta bastante intrigante que no recibe la profundidad y análisis que merece.

Eso es todo lo bueno que hay para decir sobre X-Men: Dark Phoenix.

Esta película es un desastre a nivel de guión, ritmo y actuaciones. Estrellas de tan alto calibre como James McAvoy, Michael Fassbender y Jennifer Lawrence no le ponen emoción a sus diálogos y se les nota aburridos en sus papeles. Los demás personajes carecen de personalidad y sus actores no parecen haber tenido dirección alguna sobre qué hacer. Los acentos aparecen y desaparecen mágicamente. Esta es una película que recomiendo ver doblada. No puede ser peor que la versión con el audio original.

Las intenciones de los personajes cambian repentinamente, realizan acciones injustificadas que van en contra de sus personalidades y los eventos se suceden de forma abrupta. Hablan sobre eventos que vimos ocurrir de forma diferente y la película sigue como si nada hubiera pasado. Esto se nota principalmente en Fénix, un nuevo nombre para Jean Grey que sale de la nada. La trama sugiere que ella no puede controlar su poder y se muestra asustada de lastimar a las personas que ama, pero en la mayoría de escenas la vemos en perfecto control de sus acciones. Es como si hubieran hecho tres películas diferentes: una en la que tiene dos personalidades, otra en la que sus poderes se manifiestan como un problema de manejo de la ira y otra en la que simplemente se vuelve malvada. Luego mezclaron las tres. El resultado es una trama confusa en la que las motivaciones de los personajes pierden sentido.

La película se desarrolla a comienzos de los noventa. Sin embargo —a diferencia de Primera Generación, Días del Futuro Pasado y Apocalipsis, no se hace referencia al periodo histórico ni cultura de la época. El paso del tiempo es aún más extraño, pues los eventos escalan en cuestión de lo que parecen ser horas. La lógica de las acciones de los personajes y el funcionamiento de sus poderes es más absurda que nunca.

Los villanos de turno son una raza de extraterrestres cambiaformas. Aunque esta clase de personajes son comunes en los cómics, se sienten completamente fuera de lugar en el universo cinematográfico de los X-Men. Son rivales sin gracia ni personalidad y, aunque Jessica Chastain puede resultar intimidante con su mirada y extraña apariencia, no resultan ser más que carne de cañón para la batalla final.

X-Men: Dark Phoenix es una película decepcionante. No hay emociones, no hay risas y los personajes que llevamos tanto tiempo siguiendo han sido despojados de las características que los hacían especiales. Los fanáticos de Sophie Turner apreciarán verla en la gran pantalla, pero dudo que esto sea suficiente para justificar la entrada.

Esperemos que Disney y Marvel Studios le den a estos personajes el destino que merecen. Por ahora, creemos que la excelente Logan debió ser el final de la saga.

Y por si se lo estaban preguntando, no hay escena después de los créditos.

X-Men: Dark Phoenix
2/5 Nota
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