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Perdidos en el tiempo, el descuadre de Marvel Studios

El Universo Cinematográfico de Marvel no solo comprimió la historia de Doctor Strange, también hace mal las cuentas en Spider-Man: Homecoming.

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La primera película de Iron Man (2008) llegó en una época previa a la adquisición de Marvel por parte de Disney, distribuida por Paramount Pictures y definitivamente con un tono muy diferente a lo que veríamos después. The Incredible Hulk, de Universal Pictures, se estrenó solo unos meses después y siguió la misma estela de un tono más adulto para producciones basadas en propiedades Marvel, sin contar los tres diferentes experimentos con The Punisher en la gran pantalla y las cintas de Ghost Rider.

Para entonces solo las escenas post-créditos eran el único indicio de la conexión entre las cintas de Iron Man y The Incredible Hulk. Para 2010 ya Disney era dueña de Marvel y su naciente universo fílmico, con Iron Man 2 confirmando eventos que resultarían en la ‘semana más pesada de Nick Fury’, aquella donde además de la batalla de Tony Stark contra Ivan Vanko, seguida de cerca por S.H.I.E.L.D. y sus agentes más relevantes (Coulson, Romanoff), se confirmó que simultáneamente tuvieron lugar los hechos de The Incredible Hulk, Thor y Captain America: The First Avenger (segmentos del presente).

Si bien Marvel Studios siempre ha manejado un tiempo proporcional en sus historias frente al año en que son estrenadas sus películas, esta importante semana de Nick Fury hizo una reconexión temporal, ubicando los eventos de la primera cinta de Iron Man en 2010 y las posteriores cuatro películas del Universo Cinematográfico de Marvel en el año 2011 para aquella línea de tiempo; como preparación para el gran crossover The Avengers en 2012, tanto año de estreno como de la Batalla de Nueva York contra Loki y los Chitauri.

Es justamente la Batalla de Nueva York la que ha servido como eje central en adelante para los diferentes proyectos de Marvel Studios, el 9/11 de su universo fílmico. Desde la serie de ABC, Agents of S.H.I.E.L.D., hasta las series de Netflix que lo identifican como ‘El Incidente’, pero que insisten en panorámicas de la ciudad donde la Torre Avengers no hace aparición (el edificio de MetLife donde debería estar sigue en su lugar).

Sin tener en cuenta historias fuera de este planeta dado lo complicado de medir el tiempo en ellas, como las de Guardians of the Galaxy, cuyas dos partes solo son separadas por un par de meses a pesar de que hay tres años de estreno entre ellas en el mundo real; resulta sencillo ubicar la historia de cada película posterior a The Avengers en su respectivo año de lanzamiento, llegando incluso a conectar episodios de Agents of S.H.I.E.L.D. acertadamente con Captain America: The Winter Soldier y Avengers: Age of Ultron.

Entonces llegamos a octubre del 2016 con Doctor Strange y lo que presuntamente había sido contemplado como una trama que tomaba lugar a través de los diferentes años que llevaba el Universo Cinematográfico de Marvel. Que Stephen Strange fuese nombrado en The Winter Soldier como una de las potenciales amenazas del Proyecto Insight, diseñado al interior de SHIELD para predecir y eliminar a enemigos de HYDRA, solo era un guiño al futuro, pero no la señal de que el cirujano estuviese ya bajo el manto del Hechicero Supremo.

A pesar de su posterior estreno, el argumento de Doctor Strange inicia en un punto temprano del 2016 pero antes de los eventos de Captain America: Civil War y Spider-Man: Homecoming. Sin embargo, las batallas para defender los santuarios de Londres, Nueva York y Hong Kong tienen lugar en marzo del 2017, lo que resume el viaje de Strange y su odisea para aprender artes místicas en cerca de un año.

¿Cómo se asegura que comienza en 2016? Por su pared de trofeos como exitoso neurocirujano que datan el mismo año. Las teorías de los fanáticos que apuntaban una de las operaciones propuestas antes de su accidente, como la de un Coronel Marine herido en su columna vertebral presuntamente por: (A) una armadura experimental de Hammer Industries [Iron Man 2] o (B) el propio James Rhodes como War Machine atacado por Vision [Civil War]; fueron desacreditadas al ver que la reluciente Torre Avengers se muestra durante Doctor Strange, misma construida años después de Iron Man 2 (un solo año en la línea de tiempo). En el caso de War Machine, el Coronel herido tiene 35 años y es Marine, mientras que Rhodey tiene 48 años y hace parte de la Fuerza Aérea. Con ambas teorías eliminadas, el accidente de Stephen Strange tiene lugar antes de la batalla entre Vengadores descrita en Captain America: Civil War.

Por eso mismo es que cuando revisamos el tema de la recuperación de Strange, su búsqueda de la mítica Kamar-Taj en Nepal y el entrenamiento con Ancient One, todo esto le toma alrededor de un año hasta marzo del 2017, tiempo durante el cual en Nueva York ocurrieron eventos como los narrados en Spider-Man: Homecoming, estos tan solo meses después de Civil War, específicamente en septiembre del 2016. Y eso sin nombrar su encuentro con Thor en la escena post-créditos, quien le pide ayuda para buscar a su hermano Loki, cuya escena completa se vio realizada hasta Thor: Ragnarok.

Resulta difícil de creer que todo el camino a la elevación de Doctor Strange descrito en su filme, ocurra en tan solo un periodo cercano a los 12 meses, en especial cuando nos enteramos que Jonathan Pangborn, a quien consulta Stephen antes de su viaje como aquel que recuperó la movilidad gracias a su estadía en Kamar-Taj, le tomó varios años todo el mismo proceso. Tal vez la manipulación de Strange del Ojo de Agamotto, reliquia que contiene la Piedra del Tiempo (una del sexteto del infinito), haya tenido algo que ver en la aceleración. Eso o que el tiempo no transcurre igual en el Multiverso, es decir la dimensión astral, la dimensión del espejo, la dimensión oscura y el reino cuántico (Ant-Man) donde se mueve y practica Strange sus artes.

Con eso aparentemente claro, pasamos a Spider-Man: Homecoming, en una historia mucho más simple de encajar que la de Doctor Strange, pero que absurdamente descuadra la línea de tiempo del MCU sin explicación lógica alguna. La película comienza en el eje central que ya mencionamos del Universo Cinematográfico de Marvel, The Avengers y la Batalla de Nueva York en 2012. Técnicamente arranca el día posterior a la reunión de los Vengadores para comer shawarma en un local neoyorquino, con el personaje de Adrian Toomes y futuro Vulture como contratista, preparándose para limpiar el caos resultante en la Grand Central Terminal, justo al lado de la Torre Avengers (la cual recordamos reemplazó al edificio real de MetLife).

Toomes es interceptado por el Departamento de Control de Daños (una alianza de Tony Stark con el Gobierno de los Estados Unidos) y es retirado del negocio de escombros, por lo cual pierde mucho dinero y crece en su resentimiento hacia el alter ego de Iron Man. Esto impulsa a Toomes a formar una carrera criminal que se basa en robarle a Damage Control los desechos de tecnología alienígena (Chitauri, Elfos Oscuros) o terrestre (Proyecto Insight, Ultron) que resultan tras las batallas de los Vengadores. Esto queda del todo claro, así como que arranca en 2012.

Excepto cuando un titular en Spider-Man: Homecoming, antes de siquiera ver el dinámico y colorido logo de Marvel Studios, nos dice:

“8 años después”

¿Acaso el presente de Spider-Man en el MCU tiene lugar en 2020? ¿No recuerdan que Civil War fue en 2016 y solo han pasado unos meses? ¿En dos compañías tan grandes como Disney y Marvel nadie cayó en cuenta de semejante error? ¿Doctor Strange jugando con el Ojo de Agamotto otra vez?

Lo cierto es que solo debían mencionar 4 años en lugar de 8, eso es todo. Con los eventos posteriores incluyendo la batalla final de Spider-Man y Vulture en Coney Island, acaeciendo en los últimos días de septiembre, meses antes de las batallas de Doctor Strange en los santuarios. Oficialmente en Homecoming se establece que han pasado ocho años, pero no hay manera de aceptar dicha noción sin desajustar toda la línea de tiempo del Universo Cinematográfico de Marvel. Aun aceptando la idea de Doctor Strange en su fugaz viaje para dominar las artes místicas y llegar a negociaciones con Dormammu.

Si no podemos confiar en los forjadores de este universo para escribir una línea de tiempo coherente, o si estos “pequeños” detalles solo le interesan a los fanáticos y seguidores de sus películas, pero no a Marvel Studios, de nada sirve invertir tanto tiempo y esfuerzo. Si sabes hacer algo, hazlo bien, en el caso de Marvel como estandarte de realización de universos compartidos, lo mínimo sería no equivocarse en algo que prácticamente se trata de matemática básica, no del reino cuántico para rescatar a Janet van Dyne.

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