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Game of Thrones 8×06: vivieron felices y comieron perdices

Al menos nos quedan los libros.

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En una entrevista publicada por el sitio web Grantland en 2013, le preguntaron a David Benioff y Daniel Brett Weiss  —creadores, productores y escritores de Game of Thrones— si había una intencionalidad temática detrás de cada temporada. La respuesta de Benioff fue la siguiente:

“Las temáticas son para reportes de libros en octavo grado”.

El desdén demostrado hacia el significado de las historias que trataron de contar en esta serie deja más que claro cuál era el problema que la aquejaba desde hace tres temporadas, algo que resaltó de modo desagradable en sus últimos cuatro episodios. A los responsables de Game of Thrones no les importaba la calidad narrativa de su obra.

Esta falta de intenciones artísticas podía mantenerse oculta mientras adaptaban los libros de George R.R. Martin. La serie comenzó a perder buena parte de su gracia durante la sexta temporada. Fue entonces cuando se desligaron de los libros y continuaron con ideas originales, tal vez ligeramente basadas en elementos revelados por el mismo Martin. Game of Thrones dijo adiós a su cohesión temática y comenzó a recurrir a los clichés y elementos comunes de las historias de fantasía que los libros trataban de subvertir.

El juego ha terminado. El último episodio, titulado El Trono de Hierro, pudo ser un final apropiado para muchas de las tramas de la serie y algunos de sus personajes, pero deja un desagradable sabor en la boca de aquellos que considerábamos a esta serie como algo especial.

Game of Thrones - Juego de Tronos

Bonito, pero con la sutileza de una patada en la cara.

Daenerys Targaryen demostró que será una reina cruel. El genocidio que cometió contra los habitantes de King’s Landing era imperdonable. Mientras Tyrion y Arya tienen esto claro, Jon continúa en negación, incluso después de ver a los Inmaculados ejecutando a los prisioneros.

Esta serie continúa recalcando la incapacidad de Jon para analizar cualquier situación por sí mismo. Es ridículo que tenga que recurrir a una conversación con Tyrion sobre cómo “el amor no puede ser más poderoso que la razón” para que se de cuenta de que tiene que hacer algo.

Dany ni siquiera tiene la posibilidad de sentarse en el Trono de Hierro. El guión pone en su boca expresiones sobre cómo solo ella tiene capacidad de definir lo que es bueno y lo que es malo. Esto, combinado con la impresionante escena en la que se dirige a sus tropas en idioma Dothraki, demuestra tendencias fascistas que no relacionábamos con ella. Tratan de convencernos de que sus acciones como liberadora, cuando acabó con cientos o miles de personas horribles, eran una muestra de esto. Este tema fue tratado con poca delicadeza en ocasiones, dándole connotaciones colonialistas. Pero siempre tuvo el objetivo puesto en la liberación de los oprimidos, algo que la serie presentó positivamente, al menos hasta ahora.

El problema no es que ‘Khaleesi’ se hubiera convertido en una villana. Este es un giro interesante. El problema sigue siendo  la forma en que esta transformación fue escrita. Es apurada, inmerecida e injusta. El afán de los creadores por terminar la serie llevó a acelerar este elemento en detrimento de muchos otros, incluyendo el desarrollo de personajes como Cersei. Al final, todos perdimos.

Convencido de su repentina maldad, Jon apuñala a su amada mientras la besa en una escena visualmente hermosa, pero llena de clichés. Drogon encuentra el cadáver de su ‘madre’ y, en lugar de acabar con el hombre que la asesinó, decide quemar el Trono de Hierro.

Game of Thrones - Juego de Tronos

Asesinada por un cliché.

Esta es una acción profundamente metafórica. El dragón, de alguna forma, culpa al ‘poder’ por la corrupción y muerte de Dany. Encuentra que su símbolo debe ser destruido. La desaparición del Trono debía representar el final del ciclo de la monarquía, institución culpable de prácticamente todos los males de esta historia.

Pero la monarquía es restablecida en la siguiente escena. Weiss y Benioff odian tanto las posibles implicaciones temáticas de su guión que sabotean su propia historia para que no tenga ninguna.

Descubrimos que, por alguna razón completamente injustificable, los Inmaculados no ejecutaron a Jon y Tyrion por sus acciones. Los mantuvieron prisioneros durante días hasta que se les citó a un concilio de los representantes de los reinos de Westeros. Tener a King’s Landing ocupada por una fuerza invasora extranjera es un material que ruega ser explorado. Podría servir para toda una temporada de la serie. Pero esa idea es desechada para poner rápidamente un nuevo rey y dar cierre a la historia. 

La elección de Bran como nuevo soberano no es sorprendente, pero es aburrida y abre lugar a cientos de preguntas más. Si él sabía que sería elegido rey, ¿sabía también de la masacre? ¿Por qué no dijo nada? ¿Cuál es su objetivo final? Los poderes de Bran nunca pudieron ser integrados adecuadamente en la narrativa y crearon más problemas de los que resolvieron. Es uno de tantos elementos que heredaron de los libros de Martin con los que tuvieron que lidiar hasta el final, sin saber bien qué hacer con ellos.

Game of Thrones - Juego de Tronos

Un buen contraste para esto hubiera sido la perspectiva de los plebeyos de Westeros, pero Game of Thrones los desprecia. Cuando se propone la idea de la democracia, es callada con burlas. En todo caso, finalmente tenemos un concilio de personas ‘buenas y decentes’  (y Bronn, que se mantuvo en esta historia de un modo muy forzado y ahora es el Maestro de la moneda) gobernando por ‘el bien de todos’. Jon regresa al Muro y da una merecida caricia a Ghost, Arya parte en busca de nuevas aventuras y Sansa es coronada Reina en el Norte. Finales justos y satisfactorios para todos ellos, acordes con sus respectivos arcos.

Pero el arco principal de la serie quedó destruido. ¿Recuerdan a los Caminantes Blancos? Tras la épica confrontación de La Larga Noche, pasaron al olvido. Durante siete temporadas se construyó una amenaza existencial cuyo poder crecía porque la humanidad se encontraba distraída por disputas de poder insignificantes. Estos seres, que representaban la amenaza del calentamiento global —algo confirmado por George R.R. Martin— son despachados para dar paso a una decepcionante trama sobre una chica repentinamente corrompida por el poder.

El Trono de Hierro no fue un buen episodio, mucho menos un buen final. Su dirección es aburrida, con largos momentos de silencio que no reemplazan el necesario desarrollo de personajes. Está lleno de errores de continuidad, el paso del tiempo es confuso y decide ignorar todos los elementos sociológicos de la historia. La ascendencia de Jon y la presencia de Arya durante la destrucción de King’s Landing no tuvieron la importancia que debían. Estas y muchas otras ideas no tuvieron una resolución acorde a su potencial.

Game of Thrones - Juego de Tronos

No se puede negar que Game of Thrones fue un fenómeno cultural. Es poco probable que otra serie vaya a llenar pronto el espacio que deja. Es muy cierto que pudo haber tenido un mejor final, pero de todos modos vamos a extrañar sus episodios llenos de sorpresas, sus complejos personajes, intrigante mitología y bello mundo…

…al menos hasta que llegue la ya anunciada precuela.

Queremos conocer su opinión. ¿Quedaron satisfechos con este final? ¿Desearían que algo hubiera sido diferente? Esperamos sus comentarios.

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