Cementerio Maldito – Reseña

Con casi 60 novelas y más de 200 cuentos bajo su nombre, no es de extrañar que el prolífico Stephen King sea uno de los autores más adaptados al cine de todos los tiempos. A lo largo de varias décadas hemos podido ver 50 de sus historias en la pantalla grande. Algunas de estas películas se han convertido en clásicos por derecho propio —como Carrie, El Resplandor y Sueños de fuga—, pero la verdad es que la mayoría de ellas no logran transmitir las sutilezas de sus libros. La profundidad de sus personajes, su detallada mitología y el verdadero significado que ocultan sus horrores se suelen perder en la traducción de la palabra a la imagen.

Tomemos como ejemplo a Cementerio Maldito. La película que en 1989 dirigió Mary Lambert es una adaptación bastante fiel del libro de King, pero no logra presentar bien a su audiencia las reflexiones y dudas del autor sobre la muerte, la forma en que las personas le temen y cómo se usa la idea del ‘más allá’ para calmar este miedo.

Ahora, una nueva pareja de directores ha modernizado esta conocida historia. Esperan poder capturar mejor el espíritu de la obra original y aterrar a nuevas audiencias que tal vez no están familiarizadas con los horrores que se esconden detrás del cementerio de mascotas.

Esta nueva versión tiene como protagonista a Jason Clarke. Él interpreta a Louis, un médico que —cansado del agitado ritmo de la ciudad— se muda con su familia a la que supone sería una calmada vida rural. Cuando el gato mascota de la familia muere, Louis es llevado por su vecino Jud (John Lithgow) a un extraño lugar en el bosque, más allá de un misterioso cementerio de mascotas, para enterrar al animal. El gato vuelve a la vida al día siguiente, pero algo ha cambiado en él.

Antes que nada se debe aclarar que, a diferencia de lo que sugiere su nombre en inglés y su concepto, esta no es una historia sobre animales zombis. Los seres que vuelven de la tumba no son entidades tambaleantes, pues conservan su personalidad, pero hay algo mal en ellos de todos modos, algo maligno.

Es difícil hablar sobre cualquier encarnación de Cementerio Maldito, sea escrita o audiovisual, sin hacer ‘spoilers’. El mismo tráiler muestra elementos relevantes de la trama que serían más efectivos si no se conocieran con anterioridad, pero son una parte tan importante de la historia que es difícil promover el filme sin revelarlos. El problema es que estos ocurren bien pasado el punto medio del filme. Los espectadores van a estar esperando que estos eventos tan importantes ocurran, pues son el punto de partida del horror y la acción, causando que el primer acto de la película resulte insufriblemente lento.

El largo preludio es realmente necesario para Cementerio Maldito. Durante la primera hora se hace un muy buen trabajo al establecer la ambientación, personajes, relación entre los miembros de la familia y su forma de reaccionar ante el concepto de la muerte. Para tratar de equilibrar el ritmo, se incluyen algunos sustos inesperados que pueden hacer ‘saltar’ a algunos espectadores y resultar molestos para otros.

Esto también sirve para dejar claro que esta no se trata de una película de terror enfocada en un monstruo, la violencia o los efectos especiales, sino en el desarrollo de los personajes. Jason Clarke, John Lithgow y Amy Seimetz hacen un estupendo trabajo y transmiten muy bien el dolor y la pena que sus personajes sufren mediante lágrimas y expresiones. La ‘actuación’ del gato llamado Church también es muy buena. Entre él y Goose, de Capitana Marvel, han hecho de 2019 un gran año para los actores felinos.

La verdadera sorpresa es la actriz infantil Jeté Laurence. Su personaje tiene un giro increíblemente oscuro y perturbador. Verán, esta versión de Cementerio Maldito hace un cambio bastante interesante respecto a la obra original y su primera adaptación cinematográfica. El trágico rol que llena el bebé Gage, hijo menor de la familia, es reemplazado por su hermana Ellie.

En el libro, un infante tan pequeño realizando actos horripilantes resultaba impactante. Pero al ponerlo en pantalla quedaba un poco ridículo. Al dar este rol a su hermana mayor, una niña que ya ha comenzado a mostrar curiosidad por lo que significa la muerte, la película se permite crear nuevas situaciones que causan terror tanto físico como existencial. Esto desemboca en un desenlace diferente al de las obras que la inspiran, pero que conserva sus crueles intenciones.

Pero estos cambios no son suficientes para hacer que Cementerio Maldito sea realmente diferente. Esto hace que no resalte por derecho propio y permanezca atada al legado de su título. Esto puede hacer que resulte aburrida para el público que haya leído el libro o visto el filme del año 89. También puede resultar del agrado de los fanáticos más puristas, a los que les enoja ver como las adaptaciones de libros o remakes suelen alejarse demasiado de lo que ya conocen.

Cementerio Maldito es una muy buena adición a la lista de películas de horror modernas que buscan crear miedo basadas en sus conceptos más que en sus sustos y monstruos. En este caso, es el miedo a la muerte y el dolor del duelo lo que lleva a los personajes a realizar acciones que los condenan para siempre. Este es un tema que puede ‘tocar’ a una buena parte de la audiencia y afectarlos personalmente. También tiene un gran problema y es que la familiaridad que muchos pueden tener con su historia juega completamente en su contra. Eso sí, es uno de esos raros casos en que el remake es muy superior al filme original.

Si no han leído el libro de Stephen King y no han visto el filme original, Cementerio Maldito es una gran opción a la hora de ir al cine. Si recuerdan bien estas obras, es probable que no les ofrezca nada realmente nuevo.