Conecta con nosotros

Cine y TV

[Opinión] Picoteando sobre los huesos de Alex Proyas

Una (no muy) humilde respuesta a las opiniones de Proyas. Las palabras de un buitre enfermo.

Publicado

el

Una (no muy) humilde respuesta a las opiniones de Proyas. Las palabras de un buitre enfermo.

alex-proyas

Cuando uno revisa la hoja de vida de Alex Proyas es fácil distinguir varios logros y una vasta trayectoria, y para ser honesto merece un gran reconocimiento. Este director, oriundo de la legendaria ciudad de Alejandría en Egipto, tiene una larga carrera en la industria del cine en la que ha ejercido como director desde 1980, año en el que debutaria con un corto de 4 minutos al que bautizó como «Neon».

Pasarían nueve años hasta que Proyas entrara en el mundo de los largometrajes con Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds, una película que no fue perfecta pero que no fue precisamente apaleada por los críticos. En 1994, este director nacional de Australia alcanzaría reconocimiento mundial con El Cuervo, una película de culto para el género de «fantasía oscura» que tuvo una gran acogida entre los espectadores. Tras varias producciones que no fueron exitosas, Proyas volvió a tener la aprobación de una buena parte del público con Dark City (1998) y atravesaría de nuevo por un ciclo de altibajos hasta que en 2004 regresó con Yo, Robot, una película de altísimo presupuesto con Will Smith en el protagónico, que aunque tuvo una cuantas críticas desfavorables en general también tuvo pulgares arriba por gran parte de los cinéfilos.

En los últimos diez años Proyas sólo dirigió tres cintas, la última de estas actualmente en cartelera. Se trata de Dioses de Egipto, una película que fui a ver y cuya reseña pueden encontrar aquí en GamerFocus. Lean la reseña, de verdad vale la pena.

Pues bien, esta cinta no ha tenido precisamente una buena acogida entre los críticos, y eso molestó muchísimo al Sr. Proyas, tanto que no pudo controlarse y recurrió a los insultos. ¿A qué me refiero? Vean ustedes mismos.

«Raras veces he tenido buenas críticas… de cualquiera de mis películas, excepto por aquellos críticos que sí piensan por su cuenta y crean sus propias opiniones. Tristemente, ese tipo de críticos están casi todos muertos. Las buenas críticas llegan muchas veces después. Creo que tengo la habilidad de llevar a los críticos por el camino equivocado – siempre la tengo. Esta vez, por supuesto, tienen grandes hachas para picar con las que pueden rasgar en mi película tratando de hacer ver sus pálidos traseros tan políticamente correctos para gritar «¡blanqueamiento!» como los idiotas trastornados que son todos ellos. […] Ahora tenemos una manada de buitres enfermos que picotean en los huesos de un cadáver moribundo.»

Tal vez el Sr. Proyas ignora que los grandes directores de la historia también recibieron críticas, de hecho, más fuertes e incluso dolorosas. Aunque cueste creerlo, a no todo el mundo le gustaba la obra de Stanley Kubrick, por ejemplo; pero el MAESTRO Kubrick no se puso a pelear con nadie y menos a insultar. Si uno de los directores de cine más importantes de la historia era tolerante a críticas verdaderamente injustas, ¿por qué Alex Proyas no lo es, con el agravante que sí se trata de críticas con fundamento?

Seamos sinceros: Dioses de Egipto es una película mala, muy mala, pero que tiene un encanto que más o menos logré describir en mi reseña. Cuando varias personas en diferentes partes del mundo, en varios idiomas, de distintas culturas y que no se conocen entre sí coinciden en un punto de vista, esto no significa que sean unos buitres carroñeros sino que en realidad emerge un patrón que es difícil de ignorar. ¡Estadísitica básica! Es que no se trata de unas pocas críticas que digan que Dioses de Egipto falló, sino que son la mayoría que lo dicen. Podemos ver Metacritic, Rotten Tomatoes e incluso IMDB (este último donde la gente es muy blanda a la hora de criticar): hay un patrón en el aire y es evidente a la luz de los datos.

Seamos benévolos: la película tiene una fotografía muy agradable, los escenarios son muy armoniosos, el diseño visual de los personajes (excepto cuando se transforman en bestias) es muy bueno y atractivo. Incluso los actores elegidos son artistas muy buenos, con vasta experiencia y con trayectorias del más alto nivel, y los debutantes no hicieron un mal papel con lo que tenían a mano.

Pero seamos realistas: el libreto es un adefecio sacado de un conjunto de mentes sin imaginación y sin respeto por el espectador. El guion es tan mal logrado que no importan los efectos especiales, ni el talento de los actores, ni siquiera algo tan básico y animal como que Courtney Eaton se vea muy atractiva en todas las escenas que aparece (como también el variado elenco masculino). Todas estas cosas quedan opacadas con una mediocre historia sin corazón que tomó una mágica leyenda de una de las mitologías más ricas de la historia de la humanidad y la convirtió en un cuento sin sentido, sin originalidad ni trascendencia.

Lamentablemente el Sr. Proyas cometió el mayor error de su carrera al tomar el comando de un proyecto de $140 millones de dólares sin asegurarse que la película tuviera un guion sólido. ¡Pero qué digo, si es muy probable que lo haya hecho! Claro, desde su punto de vista. Porque estoy seguro de que aquí estamos viendo la reacción de un ego desmedido, de alguien que no es capaz de reconocer que se equivocó y que recurre a descalificar la opinión de miles de personas. ¿Qué pasa, Proyas? Estamos hablando de un director con casi cuatro décadas en la industria y que ya había manejado presupuestos descomunales como en Yo, Robot. ¿Por qué no aplicó la experiencia? ¿Por qué no atendió a las críticas, buenas y malas?

Lo peor -y a la vez lo mejor- de todo es que Dioses de Egipto ni siquiera es una película original, y sea coincidencia o no, es fácil encontrar muchísimas similitues a otras películas. sin embargo aquí radica la magia de esta película y por eso en mi reseña recomendé verla; el público que no es exigente puede encontrar la historia como entretenida; el público exigente dirá que Dioses de Egipto es insultante; y el público que le gusta ver cine y sabe de cultura popular la encontrará divertida e incluso chistosa. Es una historia donde se nota tanta improvisación en el guion que es muy fácil de conectar con otras películas y reirse de lo incoherente que puede ser, que cayó en infinitos clichés e incluso, casó a los actores con sus papeles del pasado en otras cintas. Es tan mala que resulta buena.

Sr. Proyas: si decir todo esto es ser un ave de carroña, déjeme decirle que es entretenido picotear sobre sus huesos moribundos como director, porque lamentablemente esta película podría ser la última de gran envergadura que hará en su carrera. De todo corazón espero que el tiempo pase y usted me demueste que estoy equivocado.

Haga clic para comentar

Deja tu comentario

Además no te pierdas