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Justice League: Throne of Atlantis – La reseña

Vi la más reciente película animada de DC, lastimosamente no estuvo a la altura de las pasadas películas de DC.

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La espera por Batman V Superman: Dawn of Justice es larga, desde el año pasado se ha hablado sobre este primer live-action que reunirá de una vez por todas a la trinidad de DC y a otros de los personajes emblema de esta casa de cómics a lo largo de una nueva fase cinematográfica. Sin embargo, para fortuna (aunque no en este caso) existe la variante de películas animadas de DC, las cuales siempre llegan basándose en un arco argumental.

El más reciente lanzamiento de estas películas animadas es Justice League: Throne of Atlantis y fue promocionado a lo largo del año pasado como una alternativa a las historias y producciones grandes de DC para quienes quieren ver a sus personajes favoritos unirse en la pantalla chica. Esta película sería la secuela de Justice League: War, que está basada en Los Nuevos 52, es decir, el gran evento de DC que le dio un reinicio al universo principal.

De esta forma, durante los sucesos de Justice League: War nos enteraremos de cómo cada miembro de la Liga de la Justicia se conoce y se percata de los otros héroes que habitan en el planeta para enfrentar una gran amenaza, Darkseid. Al final de esta película, a modo de after-credits, veremos que el daño colateral del enfrentamiento ha afectado al Rey de Atlantis, y como tal, los atlantes lo han considerado como una declaración de guerra de parte de la superficie terrestre, por lo que prepararán su inminente ataque.

Este el punto del que parte Justice League: Throne of Atlantis, y tal como su nombre lo indica se centrará en el conflicto interno y externo de la ciudad sumergida, lo que significa una cosa: Aquaman. En sí, la premisa es interesante, y de hecho está basada en una saga de cómics del mismo nombre, salvo ciertos cambios. Para desgracia de los fans del mitad humano y mitad atlante, esta película no le hace justicia a su nombre y al de la Liga de la Justicia. Veamos por qué.

Justice League: Throne of Atlantis nos presenta a Arthur Curry, un Aquaman que hasta el momento no ha adoptado este nombre, sino que vive sus días siendo un borracho infeliz por la muerte de su padre, Tom Curry. Al tiempo, esta película nos muestra una Liga de la Justicia que aún no se une completamente, cada miembro está separado uno del otro salvo Shazam y Cyborg, quienes habitan en la Sala de los Súper Siete, mientras que los otros integrantes van viviendo sus vidas independientemente: Superman y Wonder Woman tienen citas románticas en Atenas y Metrópolis, Hal Jordan es un casanova, Batman trata de salvar Ciudad Gótica y Barry Allen…es Barry Allen.

Con el tiempo la trama se vuelve “compleja” y se revela que Arthur es el hijo bastardo entre Atlanna (reina de Atlantis) y un hombre de la superficie y, aunque normalmente en las historias de monarquía el hijo bastardo de la reina no se considera como un candidato para heredar el trono, en este caso la reina Atlanna llamó a Arthur para que reclamara la corona, con el fin de que detuviera los planes de guerra de su medio hermano Orm, quien tiene planeado invadir la superficie como retaliación al supuesto ataque terrícola que causó la muerte del Rey.

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Aparentemente el argumento tiene los recursos para generar una trama interesante en la que Arthur comenzaría un viaje buscando descubrirse a sí mismo mientras restaura el orden junto a la Liga de la Justicia, pero lastimosamente esta entrega se llena fácilmente de situaciones cliché que una tras otra hacen de la película algo aburrido, además de sus problemas de continuidad y sentido común.

En Throne of Atlantis se ve qué tan difícil fue manejar tantos personajes al mismo tiempo tratando de darle una identidad específica a cada uno, sin embargo, cada uno de ellos se siente incompleto a su forma por lo poco que aporta a la película y en general al universo que representa; por ejemplo, aunque Wonder Woman tiene grandes escenas de acción no se siente como la guerrera independiente que es, sino como el trofeo sexy de Superman, lo que hace que su relación aparte de empalagosa, se sienta arbitraria por la única razón de su unión: ambos son seres poderosos.

Este es un defecto presente en todos los personajes, en algunos más que en otros, lo que nos dificulta como audiencia conectarnos con ellos y así generar completo gusto por al menos un integrante de la Liga de la Justicia a pesar de sus proezas en batalla; por dios…¡Hal Jordan hace un robot-aspiradora gigante para derrotar Atlantes! y a pesar de eso es difícil quererlo.

Como dije antes, la premisa de la película promete al vendernos la idea de una guerra entre la superficie y Atlantis en la que Arthur Curry debe surgir como héroe mostrándonos su origen desde un pusilánime borracho a un nuevo rey que ha recuperado el control de su ciudad y, aunque al final lo hace, se siente que el viaje no es divertido, y esto se debe a la narrativa usada en la película.

Justice LEague Throne of Atlantis (12)

Justice League: Throne of Atlantis comienza con fuerza y sabe cómo conectar las escenas presentando los personajes, pero posteriormente empieza a tener problemas de consistencia respecto a la trama haciendo que sus puntos álgidos sean solo las secuencias de batallas. Es cierto que viniendo de una película animada de La Liga de la Justicia no podemos esperar una historia narrativamente profunda, pero se queda corta incluso dentro de su mismo género y pasadas producciones, más teniendo en cuenta películas como Justice League: Flashpoint Paradox o las adaptaciones de The Dark Knight Returns.

Es difícil asimilar lo que sucede en pantalla cuando se siente que los momentos de calma no aportan algo significativo a la trama o cuando en estas mismas escenas se da solución a puntos críticos del argumento por medio de una acción arbitraria, sea por un cambio de opinión repentino en algún personaje o por una revelación aleatoria, lo que afecta la manera en que percibimos el ascenso de Aquaman a rey haciéndolo sentir menos interesante a como es en realidad: una historia de traición con toques de romance.

A pesar de los problemas de identidad de esta película y el no saber en qué elementos centrarse (si Arthur y Mera o Superman y Wonder Woman o en el conflicto central en sí), esta logra sentar las bases de una evidente secuela, ya que al final de Throne of Atlantis se ha logrado conformar oficialmente la Liga de la Justicia, además de la revelación de un enemigo que está de vuelta: Lex Luthor. Evidentemente, la Liga está creciendo, pero para ello habrá que esperar a después del lanzamiento de Batman Vs. Robin y Justice League: Gods and Monsters (esta última tendrá un guion original) que se estrenarán a lo largo de este 2015.

Probablemente no es la mejor película para un fan de Aquaman, La Liga de la Justicia y Batman, especialmente de este último, pero para los que creen que Arthur solo es capaz de nadar entre delfines tal vez les interese saber que también lo puede hacer entre ballenas… y que puede asesinar hombres con un tiburón.

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