Jessica Jones – Impresiones 1ra Temporada

La nueva serie de Marvel y Netflix, logra hacer un buen trabajo, pero se queda corta en muchos aspectos en comparación a lo presentado por su compañera Daredevil.

Jessica Jones tenía un trabajo difícil. En mayo de este año, Daredevil sorprendió a todos los espectadores siendo una serie excelente y muy diferente a todo lo que se había visto en el universo cinematográfico de Marvel, la serie de Jessica Jones tendría que ir por la misma línea e incluso tratar de superarla, pero lamentablemente se queda un poco corta y por el momento Daredevil sigue siendo la mejor serie de Netflix/Marvel. Ojo, no estoy diciendo que Jessica Jones sea mala solo que no logra estar a la altura de Daredevil.

Jessica Jones está basada en el comic Alias, creado por el escritor Brian Michael Bendis y el ilustrador Michael Gaydos. Los comics que hacían parte de la linea adulta de Marvel llamada Marvel MAX y contaban la historia de Jessica Jones, una detective privada que en algún momento también fue una superheroina llamada Jewel. La serie toma los elementos principales de Jessica y trata de no meterse con Jewel, posiblemente para no enredar la narrativa, además debido al universo en el que se encuentra muchos elementos argumentales tuvieron que ser modificados.

La serie nos presenta a la P.I. (Investigadora privada) Jessica Jones y su agencia Alias Investigations, Jessica es una persona que en cierto punto raya en el alcoholismo y es particularmente sarcástica, al inicio es inevitable pensar que siempre ha sido así, pero luego nos enteramos de una sombra en el pasado de Jessica: un hombre llamado Kilgrave.

Para no hacer spoilers, esa es la premisa principal de la serie. Además de ir al juego de «El gato y el ratón» por parte de Jessica y Kilgrave, también aparecen varias historias más sencillas que tratan de incluirse en la narrativa principal. Algunas logran interesar y otras se sienten hechas a medias posiblemente porque serán incluidas en la segunda temporada o harán su aparición en las otras series de Netflix.

En Kilgrave está el primer problema, en Daredevil la serie se tomó más tiempo en contarnos quien era Wilson Fisk y luego nos presenta al personaje interpretado por Vincent D’Onofrio. En este caso aunque David Tennant hace una muy buena actuación, su presentación fue demasiado rápida y no generó el mismo misterio que tuvo Kingpin. En este caso debido a las habilidades de Kilgrave esta presentación hubiese sido un acierto. El momento donde vemos lo que le pasa a Kilgrave desde su propia perspectiva era muy bueno y esto hubiera sido un recurso idóneo para presentarlo poco a poco, lamentablemente esto solo se dio una vez y nunca lo volvimos a ver.

Otro detalle que le quita ritmo a la narrativa son los casos pequeños que se quedan en eso, casos pequeños, estos no le aportan nada a la historia, pero si la detienen, como Jessica no es una heroína a diferencia de Daredevil, todo se reduce a la persecución y eso pierde la novedad después de un rato. En algunos de los capítulos finales(9 al 11) la narrativa vuelve a tomar mucha fuerza, pero en los últimos episodios la cosa se va cayendo y no logra mantener la fuezra de los episodios anteriores.

Uno de los cabos sueltos más relevantes y raros es Will Simpson. El personaje pasa de ser un sargento controlado por Kilgrave a ser una máquina de guerra, aunque no ha sido confirmado Will Simpson podría ser el «super-soldado» Nuke. En los cómics Frank Simpson es un hombre con la bandera de USA tatuada en su rostro y es un enemigo de Daredevil, Nuke es uno de los diversos intentos del gobierno norteamericano por intentar replicar el experimento del Super Soldado que creó al Capitán América. El futuro de Simpson quedó en veremos, por lo que es posible que lo veamos en las series de Luke Cage, Iron Fist o incluso en la segunda temporada de Daredevil.

Pero arriba dije que era una buena serie ¿no? Aunque en historia se queda corta, las actuaciones y el guión son bastante buenos. Al inicio e incluso después de verla como Jane Margolis en Breaking Bad, me fue inevitable pensar más en su actuación como Chloe en la corta serie Don’t Trust the Bitch in Apartment 23, así que no le tenía mucha fe a Krysten Ritter como Jessica Jones, pero esta fue una de mis actuaciones favoritas.

Ritter logra ser una persona sarcástica, pero que a la vez se preocupa por las personas que la rodean lo cual le da esa humanidad a Jessica, que ha sido uno de los puntos de Netflix: tratar de humanizar a todos los héroes que pertenecerán a The Defenders.

Mike Colter también me pareció una excelente opción, además de su parecido con Cage si se siente lo Power Man del personaje. Aunque aparece pocas veces la serie logró dejar dudas que esperamos serán respondidas una vez Cage tenga su propia serie el próximo año.

David Tennant también se lleva elogios, esa actuación de villano que no se ve como villano fue bastante buena, a pesar que la serie falla en presentarlo, el guión del personaje es bastante bueno y logra mostrarnos su obsesión por Jessica, además a diferencia de otros personajes logra tomarse la cosa de manera más relajada que el resto del casting, después de todo por casi toda la serie Kilgrave siempre tiene la ventaja.

Otra buena elección fue Carrie Ann-Moss como Jeri Hogarth, este se puede considerar el cambio más importante de la serie ya que en los cómics el abogado Jeryn Hogarth es un aliado en la corte de Iron Fist y Luke Cage. En este caso Hogarth es una abogada lesbiana y dueña de una de las firmas de abogados más importantes de Nueva York, lo último la hace un personaje muy interesante ya que se enfoca en la mujer poderosa que es y no en su orientación sexual que también hace parte de su identidad, esto me agrada ya que rompe los estereotipos y se enfoca en personalidad del personaje.

El resto de los personajes no parece tener peso en la historia. Como mencioné antes, el arco de Will Simpson se siente metido a la fuerza y ojalá en un futuro tenga su razón de ser, de pronto Trish Walker es el personaje que trata de recordarle a Jessica su niñez y en cierto punto como muchas veces se discute en la serie, evitar que ella pase al lado oscuro.

Algo que si logra la serie es hablar de ciertos temas muy importantes actualmente de una manera muy discreta. Al tomar el estilo de novela policiaca (Neo Noir) y thriller psicológico, la serie aprovecha para hablar de temas como la violencia sexual y mental que sufrió la protagonista a manos del villano. Esto le genera dudas al espectador sobre que cosas pudo obligar el villano a muchas otras mujeres antes que comenzara la narrativa.

Todo eso, también le genera una sensación de aislamiento a Jessica ya que la mayoría de los personajes no logran ponerse en los zapatos de ella y comprender todo el daño mental que le generó Kilgrave. Si se toma ese punto de vista, es entendible porque la joven Hope Schlottman logra tomar tanta relevancia en la historia, ya que Jessica la ve como un reflejo de todas las cosas que la atormentan y también como un tipo de redención frente a todas sus acciones.

Algo que definitivamente cambia con respecto a Daredevil, es el color. Jessica Jones es una serie mucho más fría en términos de color y de esta manera busca comunicarnos la personalidad de Jessica. Curiosamente las mañanas son muy azules, mientras que las noches son un poco más cálidas posiblemente porque esa es la hora predilecta de Jessica para todas sus tareas y en ese momento es que ocurren diversos hechos que veremos durante la temporada.