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La beta de Hearthstone en detalle.

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Muchos de nosotros crecimos en contacto con algún juego de cartas coleccionables ya sea Magic The Gathering, Yu-Gi-Oh!, Pokémon o inclusive el mismo juego de cartas de Warcraft. La incursión de este género en los computadores  o el ámbito digital ha estado liderada prácticamente por Magic The Gathering en sus miles de versiones pero siempre se quedaba corta; coleccionar cartas digitales suena un poco sonso teniendo la posiblidad de coleccionarlas en físico. Habrá logrado Blizzard un éxito rotundo con Hearthstone, un juego de cartas gratuito? Léan después del salto nuestra experiencia del beta!

Este género de juegos de cartas coleccionables (TCG) tiene un universo paralelo, al igual que los géneros como los MMORPG o los MOBA; son comunidades donde es bienvenido el jugador casual hasta el deportista electrónico. Así pues nos encontramos con un juego totalmente diferente al juego de cartas físicas de Blizzard que si bien parte del mismo universo (Warcraft) tiene un sistema de juego que no es el mismo aunque los podríamos calificar de primos. El punto a favor de Hearthstone es que nos encontramos con un juego de cartas coleccionable gratuito donde se instaura un modelo de tienda donde podremos adquirir sobres ya sea recolectando la divisa del juego o invirtiendo plata de nuestro bolsillos. La única ventaja que tendrá quien invierta dinero real en Hearthstone será un mayor número de cartas en corto tiempo pero al final la suerte decidirá a quien le salen las mejores cartas abriendo sus «booster packs».

Cuando empezamos en el mundo de Hearthstone tendremos que realizar una serie de misiones que nos explicarán todos los aspecto del juego. Para fortuna de nosotros el sistema es una mezcla perfecta de versatilidad sin realmente ahondar en una estrategia muy complicada. Esto se aprecia de entrada porque para ser un buen jugador Hearthstone no se necesita leer mucho o entender muchas mecánicas sino simplemente usar la cabeza en una serie de estrategias simples pero efectivas; el secreto entonces radica en nuestra creatividad.

El sistema de juego es simple, empezamos con 3 o 4 cartas y 1 de mana, a medida que avanzamos de turnos nuestro mana aumenta de a 1 hasta llegar a 10 de mana. Todas las cartas oscilan entre 0 a 10 teniendo barajas orientadas a un juego rapido prematuro o un juego donde se aguanta los primeros turnos para llegar con cartas devastadores cuyo costo esta entre 8 a 10. A diferencia  de juegos de cartas como Magic The Gathering o Yu-Gi-Oh!, nosotros tendremos que elegir una clase que tiene una habilidad especial y un conjunto de cartas que son únicas para la clase que se complemente con un conjunto de cartas general para todos.

El sistema de clases implica entonces una ventaja y desventaja hacia ciertas clases que son más diáamicas en los primeros o en los turnos finales. Con el fin de hacer un barrido por cada clase, Hearthstone nos obliga a subir de nivel con cada clase para entender su dinámica que, a medida que subimos de nivel vamos desbloqueando cartas de la baraja de principiante a la clase. Las duraciones de las partidas pueden oscilar entre los 5 y los 20 minutos (por muy extrema). El resultado de Hearthstone es un juego fácil, rápido pero adictivo por su complejidad y sencillez.

Si nos adentramos a la estrategia del juego, debido a la segregación por clase de cartas el juego se queda corto en la oferta de cartas para crear un universo rico en estrategias. Las cartas propias a la clase jalonan el resto lo que coarta la creatividad de la estrategia aunque siempre habrá libertad al fin de cuentas. Esperemos que hayan expansiones que diversifiquen el juego para quienes deseen dedicarse a jugar Hearthstone competitivamente.

Como explicamos anteriormente, la curva de aprendizaje es fácil por lo cual, si se enamoraron con una clase al principio pueden seguir jugando con ella en tres tipos de partidas: No clasificatoria, clasificatoria y arena. Las dos primeras son partidas que uno juega con una baraja armada y pensada por uno mismo. El tercer modo de juego; Arena, es el modo donde pagando cierta cantidad de oro (del juego o real) entraremos a armar una baraja de cartas aleatorias que vamos eligiendo en series de tres.

Lo adictivo de este modo es que la suerte juega un papel fundamental ya que no controlamos con que cartas jugaremos. En este modo tienen que alcanzar 9 victorias perdiendo hasta 3 partidas. De acuerdo al resultado abriremos un cofre con recompensas que se descomponen en sobres de cartas, oro o polvos mágicos para crear cartas. El sistema es realmente brillante y convencerá a más de uno, por su gran adictividad, en invertir dinero real para seguir jugando. Todo parece color de rosa pero recordemos que Hearthstone al ser un juego gratuito tiene que funcionar de alguna forma para incitarnos a gastar dinero.

La recolección de oro dentro del juego puede ser frustrante si nunca nos va realmente bien en las arenas. Sin tener oro el juego entonces se cierra a jugar el modo normal o clasificatorio donde podremos realizar una serie de misiones que nos dan oro: ganar 6 partidas con el chamán por ejemplo. Cuando tengamos misiones diarias con clases que no nos gusta el juego se vuelve un martirio más que una experiencia agradable.

Si no tengo una baraja decente con el chamán intentar ganar 6 partidas se vuelve misión imposible y por ende nos vemos enfrascados en el aburrimiento. Así mismo para desgracia de muchos, las misiones diarias no cambian sino hasta que las completemos así que o las hacemos o tendremos que ganar 42 partidas seguidas para ingresar a arena (ganamos 10 de oro por 3 victorias con una misma clase). Lo anterior nos urge para tener una buena baraja con cada clase pero y la forma más fácil de ganar sobres es que nos vaya bien en Arena, en donde la suerte juega un papel muy importante.

En su estado actual, Hearthstone es un buen juego de cartas coleccionable digital pero lamentablemente no reinventa el género por lo cual termina teniendo los problemas del mismo. Si bien tiene la ilusión de ser un juego gratuito o que permite que sin invertir mucho dinero y teniendo una pizca de suerte se puede ser el mejor, la realidad es que los números no mienten. Si se quiere ser el mejor se tendrá que invertir una gran cantidad de dinero para tener las mejores cartas (según mis cálculos unos 120 dólares valor promedio en un buen juego de cartas coleccionable ). Aunque el número de cartas es suficiente para una buena experiencia de juego, esperamos que para cuando termine la beta haya un incremento en la oferta de contenido tanto en cartas como modos de juegos para diversificar la experiencia de juego para quien se dedique a los e-sports o para el gamer casual, que es el que más invierte dinero en juegos gratuitos.

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